Los editores de diarios estadounidenses y uno de ellos quien llegó a Presidente

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Diciembre 16, 2016 23:17 hrs.
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Rodolfo Villarreal Ríos › guerrerohabla.com

No es precisamente un tópico que frecuentemente sea revisado. Sin embargo, en la historia de nuestras relaciones con los EUA, tres personajes involucrados con la actividad periodística en aquel país han tenido algo que ver con los acontecimientos del nuestro. Uno es William Randolph Hearst, otro, Josephus Daniels y un tercero, Warren Gamaliel Harding. Brevemente comentaremos sobre los dos primeros y será sobre el tercero acerca de quién nos ocuparemos con amplitud mayor. Este personaje es recordado por pocos. Algunos, ni siquiera lo tienen en su radar y para ellos es un desconocido. Sin embargo, para los que andamos en esto de hurgar en la historia el protagonista ha sido siempre objeto de discusión sobre su actuación como primer mandatario de nuestros vecinos al norte. En nuestro país, poco se conoce o se habla de él y hasta cierto punto podríamos decir que es entendible pues no figura entre aquellos a quienes constantemente invocamos como punto de referencia en nuestra relación con los Estados Unidos de América. Pero antes de ir al personaje central de esta colaboración, revisemos brevemente a los otros dos editores de diarios estadounidenses quienes en una forma u otra estuvieron involucrados con nuestros eventos.
Uno fue William Randolph Hearst quien guardaba un especial desafecto por el Presidente Álvaro Obregón Salido y al Estadista, Plutarco Elías Calles, ya que ninguno de los dos le había dado trato preferencial en sus propiedades del rancho Babicora ubicado en Chihuahua. Ello lo llevó, en 1927, a emprender, en sus 26 diarios, una campaña de desprestigio hacia nuestro país y el Estadista Elías Calles a quien acusaba de liderar una asonada mundial en contra de los EUA. Al final, todo resultó en una chamaqueada que le dieron a Hearst un par de pillos quienes le vendieron documentos con información falsificada. El segundo editor estadounidense relacionado con nuestro país fue Josephus Daniels, un hombre originario de Carolina del Norte en donde editaba el diario The Raleigh News & Observe. Si bien en las páginas de este diario no se recuerda haya atacado a nuestro país, es bien conocida la fama que tenia de ser un racista en grado alto como lo demostró entre 1899 y 1900. Más tarde sería el secretario de marina que, acatando las instrucciones del presidente demócrata, Thomas Woodrow Wilson, ordenara a su subsecretario, Franklin Delano Roosevelt, quien acató sin chistar, enviar los buques que iban a salvarnos del chacal Huerta. Sin embargo, en descargo de Daniels, debemos de apuntar que, entre 1933 y 1941, cuando se desempeñó como embajador de los EUA en México, realizó una labor excepcional, solamente superada por la realizada previamente por Dwight Whitney Morrow. Durante ese periodo, aparte a aplacar los rescoldos del cristerismo, Daniels fue factor fundamental para que no recibiéramos otra visita armada de estadounidenses cuando el Presidente Cárdenas Del Río ’nacionalizó" el petróleo: Sin embargo, ello no evitó demandarle que no quisiera ’hacer vivezas’ al abrirle la puerta al capital japonés que ya operaba libremente en ese sector ’expropiado.’ Pero vayamos al tercero de los editores estadounidenses, aquel que se convirtió en presidente y que aun cuando no se recuerde tuvo mucho que ver con nuestro país.
Warren Gamaliel Harding era nativo de Ohio en donde editaba el diario The Marion Star, publicado en la población de Marion. Su paso exitoso por las comunicaciones, le permitió convertirse en un personaje con posibilidades de acceder a la política. En 1900, se convierte en senador estatal, después en teniente gobernador de su estado natal, tras contender, y perder, por la gubernatura de su estado, más tarde, en 1914 fue electo como Senador por Ohio al Congreso Federal y desde ahí construiría la carrera que habría de llevarlo a ser electo, en 1920, el vigésimo noveno presidente de los EUA, un cargo que ocuparía entre 1921 y 1923. De su actuación se recuerda más los negativos que los positivos, sobre todo esto comentaremos a continuación.
La carrera de Harding estuvo plagada de situaciones peculiares referentes a su vida personal. Algunos lo acusaban de tener ancestros de raza negra, alegaban que una de sus abuelas había sido de estirpe africana, y eso entonces era un baldón para cualquier persona en los EUA y mucho más si estaba involucrado en la vida pública. Además, Harding contrajo matrimonio con Florence Mabel Kling una mujer cinco años mayor que él y quien tenía un hijo nacido de una relación fuera de matrimonio. Aunado a todo ello, don Warren estaba muy sobrado de amor y acostumbraba repartirlo generosamente entre otras féminas. Con estas credenciales, pocos esperaban que Harding fuera a sobrevivir en la política estadounidense. Sin embargo, no contaban con su habilidad política y un hecho fundamental. En 1919, fallece el ex presidente Theodore Roosevelt y el Partido Republicano se queda sin una figura que aproveche las circunstancias del país. Aquí debemos de recordar que los EUA vivían una situación peculiar. En 1919, el presidente Thomas Woodrow Wilson sufre un infarto cerebral que lo deja en malas condiciones físicas y el país, se decía, era conducido por su esposa Edith. Además, el país había quedado muy dividido tras la lucha por determinar si ingresaba, o no, a la Liga de las Naciones, batalla que perdió, y le costó la salud a Wilson. Si bien inicialmente, eran otros nueve hombres quienes aspiraban a la candidatura republicana, incluyendo un par de presidentes futuros, Calvin Coolidge y Herbert Hoover, el más fuerte precandidato lo era el general Leonard Wood quien contaba con respaldos financieros importantes. Wood trató de pactar con Harding quien rechazó cualquier negociación. En sus discursos, el nativo de Ohio apelaba al Americanismo. Para él, había que ’… reforzar la seguridad de los EUA, estabilizar primero a los EUA, lograr la prosperidad de los EUA, pensar primero en EUA, exaltar primero a los EUA, primero, y, vivir y reverenciar a los EUA.’ ¿Usted, lector amable, ha escuchado esto en alguna otra ocasión?
Finalmente, Harding obtuvo la nominación republicana y, en principio, decidió hacer la campana desde el portal de su vivienda en Marion a donde entre Julio y septiembre de 1920, llegaron más de 600 mil personas. Sin embargo, ello no lucia suficiente y hubo de salir a visitar varias entidades. Finalmente, en las elecciones de noviembre, junto con Calvin Coollidge, derrotarían a la fórmula de los demócratas integrada por James Cox y Franklin D. Roosevelt. Antes de tomar el cargo, le propusieron se entrevistara con el Presidente electo Obregón Salido o bien asistiera a su toma de posesión, ambas las descartó. Sin embargo, ello no impidió que el 14 de febrero de 1921, antes de tomar posesión, Harding le enviara una carta a Obregón expresando sus deseos de que en un futuro cercano fueran reanudadas las relaciones entre ambos países.
Cuando Harding toma posesión, la prensa mexicana se deshizo en elogios para él y en críticas acres para Wilson quien se iba. Excélsior atacaba sanguinariamente a Wilson y daba una bienvenida cordial a Harding. El Heraldo de México, apuntaba que Harding resolvería una serie de problemas pendientes de solución. El Universal, demandaba que Harding construyera una amistad sincera entre ambas naciones. Al mismo tiempo, lo elogiaba como ’un eminente periodista del pasado,’ y expresaba la esperanza de que ’el clamor de los especuladores’ no fuera a causar la sordera del presidente entrante. El 5 de marzo de 1921, mientras Harding tomaba posesión en Washington, en nuestro país, el Presidente Obregón Salido estaba reunido con periodistas estadounidenses a quienes declaraba su esperanza de que el mandatario recién llegado implantara una política justa hacia nuestro país. Cuando fue cuestionado sobre las conclusiones ominosas que el comité encabezado, en 1919-1920, por el entonces senador por New Mexico, Albert B. Fall había emitido sobre México, Obregón respondió que eso no reflejaba el sentir de Harding. Asimismo, menciono su complacencia por el nombramiento como secretario de estado de Charles E. Hughes a quien calificó como un hombre poseedor de una moralidad y talento elevados. En términos similares fueron las palabras sobre el subsecretario Henry P. Fletcher. Aquí debemos de hacer un paréntesis sobre otros nombramientos en el gabinete de Harding.
Aparte de los mencionados, el presidente estadounidense decidió contar con las mentes más preclaras para integrar su equipo de trabajo. Al frente del Departamento del Tesoro nombró a a Andrew W. Mellow; en Comercio a Herbert Hoover; en agricultura a Henry Wallace; en guerra a John W. Weeks, en marina a Edwin N. Denby; en trabajo a James J. Davis; y, como administrador de correos a Will H. Hays. Sin embargo, también decidió cubrir la cuota política y de amistad. En el primer renglón nombró como procurador de justicia a Harry M. Daugherty y como encargado del departamento de veteranos a Charles Forbes. Vía el segundo motivo, arribó Albert B. Fall cuyo nombramiento fue confirmado, por primera y única vez en la historia estadounidense, por aclamación unánime de los integrantes del senado. Serian estos tres quienes marcarían la presidencia de Harding para quienes no gustan de revisar a fondo los eventos.
Si bien durante la administración Harding fue aprobada legislación que limitaba la entrada de extranjeros debido a una oferta laboral restringida, también debe de mencionarse que se hicieron excepciones en los casos que lo ameritaba. Inclusive en febrero de 1922, se acordó que no era necesario presentar documentos para que los mexicanos ingresaran a los EUA. En el renglón de los gastos gubernamentales, estos fueron reducidos en mil millones de dólares, rechazando los bonos para los veteranos. Los cambios económicos implementados permitieron sentar las bases para la prosperidad económica que vivió ese país a lo largo de la década de los veintes hasta que la falta de habilidad política, aun cuando nadie puede dudar de su capacidad intelectual alta, de Herbert Hoover hizo que todo estallara. En materia internacional, contrario a lo que se acusa de que la década de los veintes fue una época de aislamiento estadounidense, se firmaron tratados mediante los cuales se reducía las flotas navales de los EUA, Inglaterra y Japón, además de limitar el uso de gas venenoso. Sin embargo, lo más nocivo para administración de Harding fue las actuaciones de algunos colaboradores. Albert B. Fall, se vio envuelto en el escandalo conocido como ’Teapot Dom Scandal.’ Como secretario del interior se involucró en el tráfico de terrenos petroleros en beneficio de Edward Doheny y Harry Sinclar, un par de sujetos ampliamente conocidos en nuestro país en donde realizaban negocios en ese sector. Al final, a estos dos los exoneraron y, acusado de recibir un millón de dólares, Fall acabó por convertirse en el primer funcionario federal estadounidense en ir a la cárcel. Otro caso fue el de Charles Forbes quien, con espíritu de comerciante, traficó con los artículos asignados para hospitales e instalaciones del departamento de veteranos, obteniendo para sí ganancias jugosas. Un tercero fue el procurador Doherny involucrado en negocios oscuros y obviar, en ocasiones, el uso de la justicia. Pero retornando al contexto internacional, volvamos a las relaciones con nuestro país.
Harding nunca fue partidario de mantenerse alejado con México, mediante canales no oficiales prevaleció un amplio intercambio epistolar entre los presidentes de ambas naciones. En julio de 1922, cuando el secretario de hacienda, Adolfo De La Huerta Marcor fue negociar el Tratado De La Huerta-Lamont, el funcionario mexicano discutió con el mandatario estadounidense sobre el reconocimiento diplomático a nuestro país y la necesidad de firmar un tratado para obtener el reconocimiento, aun cuando De La Huerta no solicitó eso al presidente, ni al secretario Hughes. De La Huerta cuenta en sus memorias como también invitó a Harding a una cena en su carro de ferrocarril en donde le ofreció que ahí sí habría bebidas espirituosas, invitación que fue declinada porque le dijo el estadounidense que recordara que prevalecía la prohibición, seguramente sufrió una repentina pérdida de memoria pues en sus reuniones para jugar cartas con sus amigos de Ohio, el licor nunca estuvo ausente. En general, De La Huerta tuvo un viaje exitoso y en septiembre se firmaría el tratado mencionado arriba. Finalmente, en abril de 1923, ambos gobiernos acuerdan celebrar reuniones para alcanzar un acuerdo y lograr el reconocimiento diplomático a México. A partir de 14 de mayo de 1923, nuestro país nombra a Ramo Ross y Fernando González Roa como sus delegados para negociar con los estadounidenses, Charles Beecher Warren y John Barton Payne. Ello concluiría con la firma de los aquí conocidos como los Tratados de Bucareli y en los EUA como ’The General Claims Conventions,’ alrededor de los cuales se ha construido toda una leyenda negras sin base de sustentación ya que ahí simplemente se reconocían daños causados a ciudadanos de uno y otro país, mismo que serían cubiertos tras analizarse caso por caso. Sin embargo, a De La Huerta lo cultivaron sus amigos y de pronto dijo desconocer todo aquello que había sabido con antelación y fue a presentar su renuncia a Obregón para después lanzarse a una reyerta armada inútil. A ese cultivo abonó mucho el periodista mexicano, Martin Luis Guzmán Franco quien a partir de ahí escribiría sus libros denostando al presidente Obregón Salido y al estadista, Elias Calles. En ese contexto, cabe apuntar que las negociaciones concluyeron el 17 de agosto cuando para entonces Harding ya había fallecido.
Lo anterior ocurrió el 3 de agosto cuando el presidente estadounidense estaba en un viaje por la región oeste de ese país. Los males que lo aquejaban de tiempo atrás hicieron crisis y fue en San Francisco, California en donde todo concluyó. Pocos en nuestro país estarán enterados que fueron 9 millones de personas quienes se hicieron presentes durante el trayecto que recorrió el cadáver del mandatario estadounidense desde esa ciudad californiana hasta Washington. La popularidad de Harding era altísima, la economía vivía momentos de recuperación camino a la bonanza. Eso sería poco recordado cuando estallaron los escándalos descritos arriba. Sin embargo, a este escribidor le dio por revisar el lado la historia de un estadounidense editor de diarios, Warren Gamaliel Harding quien llegó a la presidencia de su país e implementó medidas económicas que les permitieron gozar de años de bonanza, aun cuando sus colegas y los historiadores prefieran simplemente quedarse en lo negativo. Además, nos olvidemos de como su relación con México influyó mucho en el proceso de construcción que se vivía en aquel entonces. vimarisch53@hotmail.com
Añadido (1) Con todos los errores y las debilidades humanas que pudieran haber cometido y/o tenido, Ignacio Manuel Altamirano Basilio, Justo Sierra Méndez y Jaime Torres Bodet, sus aciertos los colocan en un estrato diferente. No es factible darles el mismo status que al gigolo-cobarde-sinarquista-nazi, José Vasconcelos. Quienes lo hacen, los introducen injustamente en la pocilga de la historia en donde mora este sujeto quien a cambio de unas monedas se convirtió en propagandista de la bestia austriaca, algo que nunca debemos de olvidar y, algunos, deberían tener muy presente, especialmente ahora que no hayan como remendar su torpeza en la UNESCO.
Añadido (2) Jamás habrán de otorgar reconocimiento alguno a quien logró convertirse, desde hace más de una década, en la primer persona en el mundo en demostrar que la contaminación ambiental es causante de las enfermedades neurodegenerativas que se manifiestan desde edad temprana y no, como erróneamente se asume, en la edad adulta, además de causar efectos sobre el nivel cognitivo de la población Eso no es importante, después de todo solamente tiene repercusiones en un primer círculo sobre 24 millones de mexicanos. Entre esos, ellos no se incluyen pues están protegidos por los cargos altos que hoy detentan, tal vez cuando los dejen perderán dicho escudo y entonces se convertirán en mortales simples.
Añadido (3) El juego del tío lolo no conoce fronteras. En Paris, para combatir la contaminación ambiental decidieron imponer el programa hoy no circula una medida que todos conocemos lo inútil que resulta si no va acompañada por otras que sean efectivas verdaderamente. Pero, bueno, esto les hará el día a otros que se justifican con lo mismo.

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