R A F A G A
Jorge Herrera Valenzuela
De plano el mexiquense Enrique Peña Nieto tiene que ir a Catemaco y buscar al mejor brujo y pedirle que le haga “una limpia”. Es el primer Presidente de México que ya no siente lo duro sino lo tupido. Cuando no son los “profesores” de la CNTE, son los encapuchados “autoanarquistas” o los que aprovechan el problema de Ayotzinapa, quienes empañan el trabajo cotidiano del hombre que lucha por “Mover a México” e implantar, a plenitud, sus reformas constitucionales. Ahora un nuevo golpe lo da un organismo internacional en un asunto estrictamente familiar, pero en el que el gobierno mexicano debe actuar y tiene plazo fijo para cumplir.
No es un asunto estrictamente de gobierno y mucho menos de responsabilidad presidencial, pero el famoso “tío” Arturo mantiene su poder político y lo hace valer en todos lados. La prepotencia no se aparta del exgobernador del Estado de México y fallido precandidato presidencial. Su fama de corrupto sigue vigente en los comentarios sociales y políticos, máxime que aquellos días del TUCOM (Todos Unidos Contra Madrazo) revivieron por la postulación del priista Enrique Jackson Ramírez para diputado federal plurinominal, personaje central en ese suceso.
Bueno, se trata de que Arturo Montiel Rojas está obligado a que su exesposa Maude Versini Lancry pueda convivir “en un ambiente normal y sin restricciones” con los hijos de ambos: Sofía, Adrián y Alexis, todos menores de edad y que nacieron durante los cinco años en que duró el matrimonio entre el entonces gobernador y la guapa francesita, segunda esposa del priista calificado como ejemplo de la corrupción y la impunidad reinante en toda la República Mexicana. Hoy, el “Tío” Arturo, disfruta su tercer matrimonio.
Hasta ahora Montiel Rojas ha ganado en los tribunales mexiquenses todos los juicios emprendidos por la señora Versini Lancry, quien acusó a su exmarido de impedirle ver a sus hijos, desde diciembre de 2011; se sabe que ya en diciembre del año pasado, Maude, tuvo oportunidad de encontrarse con los pequeños, durante diez días. Lógico es que la justicia mexiquense fue presionada por el exgobernador, en virtud de que fue él quien nombró a jueces y magistrados durante su gestión de seis años. Aún no se define judicialmente sobre la patria potestad sobre los niños Montiel Versini y quien tendrá la custodia.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha determinado que le asiste la razón a la señora francesa, en cuanto al derecho para convivir con sus hijos y la comunicación oficial se hace directamente al gobierno mexicano, concediéndole un término de 20 días –no sé si hábiles o de calendario—para que dé una respuesta, respecto al fallo. Recuérdese que desde la campaña presidencial de Peña Nieto, se insistió en que es sobrino de Montiel Rojas y que a él debe haber alcanzado la Jefatura del Poder Ejecutivo Federal. Pero, el pero que nunca falta, ni hay parentesco entre ellos y tampoco “El Tío” influyó en el posicionamiento del hoy Presidente de la República.
En el lapso de los últimos tres años, según los archivos del caso, Maude pretendió entrevistarse con el Presidente Peña Nieto y no hubo éxito. Después el intento fue por escrito, solicitando la francesa la intervención de quien conoce muy bien el problema: Peña Nieto. Tampoco logró su propósito. Por esos días se aseguró que no había intervención presidencial por tratarse de un asunto particular de un matrimonio. Sin embargo, la intervención de la CIDH, cambia las circunstancias.
Uno de los señalamientos concretos que la Comisión impone es que el Gobierno Mexicano deberá de implementar un programa de visitas, de los niños con su madre, para superar “la situación de daño irreparable” en que se encuentran los tres pequeños. Todo mientras un tribunal mexiquense resuelve sobre la custodia de los menores, misma que es demandada por la señora Versini. Los comisionados esperan la respuesta de las autoridades que preside Peña Nieto.
PREGUNTA PARA MEDITAR:
¿Se darán cuenta los padres de los tres menores el grave daño que ya les causaron, todo por una imposición cubierta de corrupción judicial?
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