La Secretaría de Cultura en Hidalgo aclaró que la pintura rosada que puede apreciarse en el Cuartel del Arte así como en la parte baja del Museo del Ferrocarril, se trata de un ’engobe de sacrificio’, una alternativa viable para proteger los inmuebles ante agentes externos que es poco dañina.
Esta misma técnica ha sido utilizada en Bellas Artes y el Palacio Postal de la Ciudad de México, donde surgió la misma polémica de suponer que se trataba de pintura vinílica y no de una capa que hace las veces de aplanado para evitar que las pintas y otras condiciones deterioren la cantera.
Asimismo, aclararon que el pigmento blanco que luce el Museo del Ferrocarril es un tratamiento a base de cal para que la reacción exotérmica elimine la vegetación que se incrusta en los muros y prevenga la proliferación de otro tipo de organismos.
El Cuartel del Arte
Derivado de su ubicación, la fachada del Cuartel del Arte ha sido sujeta a diversas pintas, producto de expresiones sociales -como las marchas feministas-, así como de vandalismo -rayones sin sentido alguno-.
Este tipo de maltrato a la fachada del inmueble se realiza con spray así como con pintura vinílica, lo que daña la cantera que reviste el edificio y cuya restauración en efecto es costosa. Es por ello que se ha optado por colocar una capa de cal con aglutinantes y pigmentos naturales, misma que absorbe el daño y es removida después. La técnica se llama engobe y por su función, se le conoce como “engobe de sacrificio”, explicó la Arquitecta Marina Romero, misma que goza de una maestría en restauración de monumentos, siendo ella la responsable de la Secretaría de Cultura en llevar a cabo dicha actividad.
Dado que el engobe está destinado a contener el daño al inmueble, este solamente se encuentra en el primer nivel del edificio, razón por la que además, si bien se trata de igualar el color para preservar su estética, se alcanza a apreciar incluso las tonalidades si se pone atención, siendo más opacas las del nivel superior, que son las que conservan el color natural de la cantera.
Museo del Ferrocarril
En el Museo del Ferrocarril, el área de restauraciones colocó una solución con cal destinada a eliminar la vegetación que se incrusta en los muros, para que esta misma con su crecimiento no los dañe.
Había polémica en cuanto al rodapié, pues en el mismo se apreciaba también pintura rosada.
Sobre este asunto informaron que se trataba del mismo engobe que se ocupó en el Cuartel del Arte, aunque en este caso, su aplicación fue sobre el aplanado que ya se había colocado hace años sobre la mampostería.