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Polaridad presidencial

Polaridad presidencial
Gobierno
Septiembre 15, 2020 21:44 hrs.
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Gato de Barrio › El Informador Analítico

Aunque se pretende presentar la consulta popular para que la ciudadanía decida si se debe enjuiciar a los últimos cinco expresidentes de la República, como un acto de presunta justicia respaldada con el apoyo del pueblo, considero que la verdad es otra forma de distraer la atención sobre otros asuntos que en verdad requieren urgente resolución.
Anteriormente el presidente Andrés Manuel López Obrador había insistido en que no estaba de acuerdo con llevar a juicio a los expresidentes y, en caso de celebrarse la consulta, su voto sería en contra; cuando presuntamente resultaba insuficiente el número de firmas para solicitarla, en ejercicio de su facultad legal envío al Senado la pregunta para a su vez llevarla a la Suprema Corte de Justicia de la Nación a fin de que sea validada y se autorice su realización.
Es decir, el presidente López Obrador actúa de forma bipolar. Por un lado está en desacuerdo con la consulta, sin embargo él mismo la apoya que seguir adelante. Según varios analistas, es una forma de quedar bien ante sus seguidores pero también de evitar sentar un precedente que al término de su administración sea sujeto a un juicio por alguna de sus posibles acciones o programas con resultados negativos.
Además los opositores consideran que la pregunta además de resultar inconstitucional, no existe un cargo específico que se les impute y por la forma cómo se planteó, al citar los nombres de los exmandatarios, se puede calificar de viciado al procedimiento por lo que posiblemente la Corte no autorizaría la encuesta; así López Obrador quedaría como quien intentó hacer justicia y combatir la corrupción de anteriores gobiernos, pero no se lo permitieron.
Si a lo anterior se suma el hecho de que Pablo Gómez, vicecoordinador de Morena en la Cámara de Diputados, propuso someter a consulta si se debe otorgar o no amnistía a expresidentes –un proyecto totalmente contradictorio a la pregunta presidencial–, de antemano se les considera como culpables sin algún cargo específico, al proceder de esa manera significaría que ya fueron juzgados y sentenciados, lo que jamás ha sucedido.
Además, tras argumentar que los diputados son libres de decidir sus acciones, López Obrador respaldó la propuesta de Gómez y reiteró que lo mejor siempre es consultar al pueblo sobre qué es lo que quiere, pero eso de ninguna forma significa aplicar la justicia.
Como se ve, el presidente muestra una actitud contradictoria entre lo que dice, hace y aplica, buscando quedar bien ante la ciudadanía y su base de seguidores, pero de ninguna forma resulta útil ni para una verdadera justicia ni para la vida democrática mexicana.

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