Texcoco, Estado de México. Sobre su vestido rojo, rodeándole el pecho, María San Felipe lleva una especie de venda, y estampado sobre ella, como un grito rojo, un corazón que dice con un silencio estridente «estoy lastimado».
’Es un símbolo, —explica María en entrevista—; realmente la venda, la mancha de sangre del pecho es un símbolo de esta sensación de vacío o de ruptura que nos deja cuando tenemos una pérdida’.
Y es que el recital de María San Felipe, «Por si volvieras», que presentará este sábado 25 de mayo en Texcoco, habla del amor y el desamor, de ese transitar por la pena de una pérdida o una ruptura y salir al otro lado: ’Es un caminito que debemos transitar: el hilo conductor son las canciones y los poemas a través de todas estas emociones de las que yo siempre hablo, que es importante mirarlas, aceptarlas, vivirlas, transitarlas; no evitarlas, sino aceptarlas, mirarlas de frente, vivirlas, porque creo que justamente atravesándolas es la forma más sana, para mí, de llegar al otro lado’.
Un concierto que se llevará a cbo con el impulso de la Secretaría de Cultura y Turismo. ’Tengo la fortuna —dice María— de haber logrado esta colaboración con la Secretaría para que sea un recital gratuito, para que todo mundo pueda venir a disfrutar, de que no haya obstáculo’.
María San Felipe es heredera de esa veta inacabable que es la canción Yucateca, sin embargo no se inscribe dentro de una Trova Tradicional… Aunque se nota de dónde ha abrevado.
’Realmente hace muchos años que empecé a explorar otros caminos.
Creo que todos los yucatecos y los que amamos la música desde la cuna, como fue mi caso, desde mi nacimiento, mis primeros años en San Felipe, crecimos con la música de la trova tradicional yucateca, los discos que se escuchaban en nuestras casas, seguramente, entre otras cosas estaba la música de Trova yucateca, porque además el yucateco tiene un orgullo muy fuerte, muy grande por su música, independientemente que sea una música maravillosa y muy bella.
Y yo desde pequeña estuve relacionada y cantaba las canciones, por ejemplo una canción como Peregrina o Henequenales, dos canciones bellísimas de la Trova tradicional, yo desde niña me las sé, las cantaba. Me gustaban, pero muy joven empecé a explorar otros caminos. Sin miedo…
’Un miedo que me entró después, un miedo de que en mi propio Yucatán nunca me voltearan a ver, porque estaba yo haciendo trova, que nosotros le llamábamos Trova Contemporánea. Tuve una gran maestra, Angélica Balado, que desde muy joven me hizo ver que era importante defender que los que hacemos: trova contemporánea en Yucatán. Estamos haciendo trova yucateca, decía ella. Si soy de Yucatán y hago trova, estoy haciendo trova yucateca, pero es la Nueva Trova Yucateca.
Entonces yo no fui más por ese camino; como joven que era también me daba por explorar otras formas, otras melodías, otras armonías diferentes que las que se usan en la trova tradicional, que ahí son muy marcadas. Entonces yo no me considero dentro de la trova tradicional yucateca, aunque la canto, la comparto y la amo, yo estoy explorando, componiendo en muchos otros géneros.
’Hace poco me pasó algo muy bonito: tuve una comida con un gran productor que ya está en las grandes ligas de la de la música y de la industria de la música, y me decía: «Se te nota… Aunque tus composiciones están en otros géneros, se te nota la vena, se te nota, se te siente la trova —me dijo—, se te siente en el fondo». Y eso lo sentí muy bonito, porque si bien a primera vista no lo parece, pues se siente bonito que se sienta que ahí está la raíz y creo que eso no se puede ocultar, no se puede negar.
Nuestras influencias están allá y creo que nos van a acompañar por todos los caminos que tomemos en la música’.
Escribir poesía, escribir canciones y música, supongo que es vital para ti.
’Vital… lo dijiste; no pudiste decirlo mejor. Yo no podría vivir… Siento que no podría vivir sin crear, sin escribir, sin contar, sin la música, sinceramente. Para mí es mi vida. Siempre pongo un ejemplo que a lo mejor puede ser un poco raro, pero yo le decía a un exmarido «ojalá pudiera decirte que puedo cambiar de trabajo, pero no puedo. Es mi vida. Y no puedo cambiar eso es algo que ha estado conmigo desde el principio de mi vida y que estoy segura que es lo único que estará conmigo hasta el fin». Es lo que le da sentido a mí estar en esta vida. Eso lo tengo clarísimo’.
Decía el gran compositor boricua Tite Curet, que el Bolero —y yo lo extendería un poco a la canción romántica yucateca— siempre surge antes del amor o después del amor; es decir, cuando una pareja vive feliz, pues ya como que el Bolero pierde su vigencia ¿Qué opinión te merece?
’Tiene muy mala fama el bolero (risas) tiene muy mala fama… y mira, ahora mismo que estamos en una época de una gran revolución acerca del amor romántico, de teorías y estudios que están haciendo tanto hincapié en que dejemos a un lado el amor romántico, y que por favor dejemos de vivir en el amor romántico porque ha hecho mucho daño a la sociedad, este amor un poco disparejo, un poco abusivo del que precisamente hablan los boleros y las películas de Disney.
Yo creo que no, creo que lo importante es que el Bolero, como todos los géneros, son una fotografía de la época en que se crearon, en su época de oro; lo que creo es que al Bolero los compositores debemos transformarlo. Creo que cuando llega esta parte del amor, del amor tranquilo, del amor estable, pues bueno, habrá que hacer boleros, que hablen de eso también.