Lectura Política
Noé Mondragón Norato
Por el factor AMLO, el PRI en Guerrero ha pasado de panzazo al Senado de la república, en las dos últimas elecciones federales. Y para el 2018, la amenaza no solo crecería, sino que eventualmente, lo estaría dejando sin esa importante posición legislativa. Depende en gran medida, del candidato que mande a la competencia electoral. Es cuestión de construir los escenarios.
PRI: ¿PERDER ACCESO AL SENADO?- Definidos ya, los nombres de los aspirantes al Senado por el Frente Democrático Ciudadano (PAN-PRD-MC) y también, por el Morena; el PRI y el gobernador Héctor Astudillo, parecen calcular el vendaval electoral que se avecina. Se lee así: 1.- Los tricolores ganaron su último pase al Senado, justamente en la histórica elección federal del 2 de julio del 2000, que le arrebató el poder presidencial. Pero en Guerrero, se alzó con el triunfo la fórmula tricolor encabezada curiosamente, por el actual gobernador Héctor Astudillo Flores y el polémico diputado local, Héctor Vicario Castrejón. La elección de julio de 2006 -cuando compitió por primera vez López Obrador-, trajo aparejada la primera derrota tricolor significativa. Ganaron sin mucha dificultad y gracias al efecto peje, David Jiménez Rumbo y Lázaro Mazón Alonso. El PRD se llevó el ’carro completo’ en senadurías y diputaciones federales. El entonces priísta y ex gobernador, Ángel Aguirre Rivero, pasó de panzazo al Senado, al quedar en la tercera posición. 2.- La elección federal de julio de 2012, mostró un resultado similar. Por el efecto peje, el PRD obtuvo otra vez, el consabido ’carro completo’ en las dos senadurías y en las nueve diputaciones federales. Al Senado pasó la fórmula encabezada por los perredista, Armando Ríos Piter y Sofio Ramírez Hernández. Y de nueva cuenta pasó de panzazo, otro ex gobernador priísta: el actual subsecretario de Gobierno de la Segob, René Juárez Cisneros. La construcción de dicho escenario de triunfo se relacionó también, con la influencia política de dos ex gobernadores perredistas –Zeferino Torreblanca y Ángel Aguirre-, quienes gobernaron en 2006 y 2012. La elección del 1 de julio de 2018, proyecta un escenario un poco diferente: el gobernador es el priísta Héctor Astudillo. Pero el aspirante presidencial sigue siendo Andrés Manuel López Obrador. Y se entiende que, para que el PRI pudiera, hipotéticamente competir el Senado, tendrían que cuajar dos factores: la compra del voto corporativo tricolor por adelantado. Contra la creciente popularidad del peje. 3.- A la competencia por el Senado, el gobernador Héctor Astudillo, pretende impulsar a su actual secretario de Finanzas, Héctor Apreza Patrón. El punto es que Apreza, no compite en una elección abierta desde 1999. Son 18 años de inactividad en ese sentido. Todo, frente a Félix Salgado del Morena, que será un cuadro aparentemente competitivo. Y por el FCM, la ex secretaria general del PRD, Beatriz Mojica Morga, quien viene de perder el gobierno de la entidad en la elección de junio de 2015, con apenas seis puntos porcentuales. Es decir, su imagen ya está posicionada, máxime de tener a su favor otro elemento político: es mujer. En la coyuntura de la pelea de las féminas por la equidad de género. Se entiende que en dicho escenario, Apreza Patrón, podría caer no al segundo ni al tercero, sino al cuarto lugar de la votación. El PRI cancelaría su arribo al Senado, tal y como lo han hecho los dos últimos ex gobernadores: de panzazo. Y en ese sentido, Astudillo está obligado mandar a un candidato realmente competitivo. Porque el horno político-electoral, no está para bollos. Y la derrota le será endosada de inmediato.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Toda una falacia y repulsiva simulación, resultó ’el triunfo’ de la planilla sindical ’única’ del STAUAG, con el presumible 91 por ciento de la votación a su favor. Su ausencia de legitimidad y trasparencia, radicó no en el número de docentes que votaron, sino en el mayoritario inscrito en los distintos padrones sindicales, que decidió no hacerlo. Y cuyos delegados sindicales recibieron la consigna por anticipado, de no revelarlo. Ahí radicó la trampa de los mañosos.
