RA F A G A
Jorge Herrera Valenzuela
El tercer año del sexenio peñanietista tiene un comienzo nada halagador. Recordemos que el año próximo un proceso electoral inédito puede convulsionar al país, tanto por la situación que priva al interior de cada de los tres partidos políticos mayoritarios como por la crisis social, política y económica que vivimos. La ciudadanía en general está indignada porque las acciones gubernamentales no devuelven la seguridad en sus tres vertientes: nacional, pública y privada.
Las calles de diferentes ciudades, empezando por la Capital del País, son escenario de las manifestaciones tumultuarias en contra del gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto; diversos grupos se apostaron frente a las oficinas de algunas embajadas; Hubo protestas en el extranjero. La bandera central es el problema de los 43 desaparecidos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, Guerrero, así como los que demandan la renuncia del Jefe del Ejecutivo Federal. Las inconformidades son muchas y de diferentes tonalidades.
Aparentemente no hay un líder en este movimiento que se ha prolongado por dos meses. Únicamente por parte de los afligidos padres de los de normalistas hemos escuchado constantemente la voz fuerte del profesor Felipe de la Cruz. Están identificados los llamados “anarquistas o anarcos”, pero pueden seguir actuando con toda la impunidad del mundo porque no hay autoridad que los someta e inclusive no pocos se dicen víctimas de la represión policíaca, anunciando que denunciarán a las autoridades y seguramente pedirán indemnización económica “por el daño moral que sufren”.
A esa crítica situación se suma la violencia que continúa en el Estado de Guerrero. Van dieciséis jóvenes decapitados y semicalcinados en dos municipios de esa entidad. El académico universitario que fue nombrado gobernador, sencillamente no podrá hacer nada; es un excelente académico, un reconocido guerrillero, pero en administración pública y en política….¡está reprobado!
Los planteamientos presidenciales de la semana pasada, en nada calman, no satisfacen ni convencen al pueblo. Ese cúmulo de iniciativas que enviará al Congreso de la Unión para que mediante las reformas constitucionales se modifique el sistema policíaco en el país, es decir los mandos únicos estatales, es una idea que promovida en el gobierno calderonista y que los priistas rechazaron; ahora la quieren. ¿Sabe usted quien planeó esa propuesta? Nada más ni nada menos que don Genaro García Luna, sí, el funcionario más corrupto de que se tenga registro. Por eso la gente no cree en Peña Nieto. García Luna era el responsable de la Seguridad Pública Federal y su actuación fue nefasta; hay muchas acusaciones y demandas en su contra, pero se mantiene impune y este gobierno no ha hecho nada para precisar si procede o no iniciar una averiguación judicial.
Quienes asesoran, aconsejan o influyen en torno al Presidente Peña Nieto, estiman que con medidas administrativas y discursos de 40 minutos, con la repetición –cuatro veces—del grito “¡YoSoyAyozitnapa!, van a congraciarlo con millones de mexicanos, pero se equivocan. El último decálogo no dejo complacido al pueblo, se esperaban otros anuncios relacionados con un verdadero combate a la corrupción, con acciones que demuestren que se aniquilará a la impunidad y la seguridad volverá en corto lapso. Inclusive muchos pensaron en que el gabinete sería reestructurado para un mejor funcionamiento.
La más reciente acción policíaca, con motivo de los disturbios del 20 de noviembre, resultó un fracaso o anticipadamente se proyectó todo para que tuviera el final “inesperado”. Sí, porque fueron detenidos 30 individuos, de los cuales 11 fueron enviados a penales de alta seguridad y supuestamente se les inició un proceso penal. Pudieron más las presiones y el gobierno cedió. Los 11 fueron liberados “por insuficiencia de las pruebas” y por las “inconsistencias en las declaraciones de los aprehensores” que no dan “valor probatorio alguno”. ¡Vaya papelazo el de la Procuraduría General de la República”. A los procesados en el orden común les dejaron libres, mediante el pago de una fianza.
Durante el desarrollo de las marchas del día 1 de diciembre, padres de familia anunciaron que será más dura la lucha que emprendan para encontrar vivos a sus hijos. Lo que no puede admitirse es la oportunidad que aprovechan los llamados profesores de la CNTE para participar en un asunto que no les compete, aunque argumenten que son ciudadanos mexicanos y hacen uso de sus derechos constitucionales.
En los dos primeros años del sexenio, después de “La Docena Azul”, el priismo está en el banquillo de los acusados y lo más grave es que para los electores no bastan los proyectos del futuro de México, sino que de manera inmediata se exige la solución a los problemas que estallaron ya: el de la seguridad es prioritario, porque lo mismo en Guerrero, que en Morelos, en el Distrito Federal, en el Valle de México, la violencia está reinando. La gente tiene miedo de salir de sus casas y menos cuando cae la noche.
PREGUNTA PARA MEDITAR:
¿Por qué no se autoriza a cada uno de los miembros del gabinete involucrados en las próximas reformas constitucionales, para explique públicamente la bondad de esas iniciativas presidenciales?
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