Un tanto de Carvajal en su regreso a la titularidad desniveló un duelo intenso en el Villamarín. Servido por Benzema, de momento más asistente que goleador, el lateral firmó una victoria protagonizada por Vinicius, a pesar de no marcar.
El brasileño fue titular y lideró el ataque de Ancelotti frente a un Betis que desperdició sus ratos de dominio, especialmente en el primer tiempo. Se agotó la barra de energía de Canales y Fekir y los verdiblancos perdieron el pulso del partido. Aún así, tuvo que aparecer Courtois en el último segundo para evitar el gol de Montoya sobre la hora. Esto es Sevilla y aquí hay que sufrir.
Vinicius se apoderó del titular en el anuncio del once blanco. Con la afición en ascuas por culpa de Mbappé, el brasileño tiró la puerta abajo en dos noches de agosto y relegó a Eden Hazard. El belga está más fino que en los dos arranques anteriores, que ya es un avance, pero a las buenas sensaciones de Vitoria respondió con una actuación anónima en Valencia, impropia del superclase que se supone que es. El último rumor de mercado sitúa al belga en la órbita de la Juve. Todo es posible en este verano loco.
El caso es que el Villamarín es una prueba de altura para todo madridista. Aunque sea a medio aforo, es una caldera que empuja a los suyos. Que además son muy buenos. Canales, Fekir, Guido, Guardado... Desde el himno a voz en cuello, la atmósfera es eléctrica. Condiciones idóneas para Vini, que inició el partido robando en su campo a Ruibal, apoyarse en Benzema, apurar línea de fondo y servir atrás para el remate colocado de Karim. Se le fue por centímetros.
El inicio prometedor del Madrid, con una buena volea de Militao atajada por Rui Silva, se esfumó en cuanto Canales y Fekir ataron la bola. El cántabro es regular, se le espera y casi siempre aparece. El francés es otro asunto. Un genio ingobernable cuando tiene la noche. Y eso suele ocurrir contra los grandes. Suya fue la mejor opción bética, una falta escorada que el zurdo convirtió en puro veneno. Courtois estiró sus larguísimos brazos para evitar el tanto.
El Betis gobernó el centro del campo. Sin discusión. A Isco tardó tres pérdidas en entrar en calor. Alguna de riesgo. Bale malgastó la confianza de su entrenador desentendiéndose de las disputas, así que Valverde y Casemiro achicaron agua. Canales probó la sorpresa desde la banda, y Montoya desbordó a Miguel Gutiérrez por el centro. Donde estaba Alaba, tras la broma de sacar los córners desde la derecha. Que tiene un toque exquisito, de acuerdo. Pero perderle en la esquina le elimina para una posible contra rival. Al defensor de mayor jerarquía. Un sinsentido.
Tampoco tenía mucha lógica el calentón de la grada y ambos entrenadores con Hernández Hernández. Acertó en el piscinazo de Fekir y en las tarjetas, por dureza y por piar. El descanso enfrió el ambiente, y el Madrid se aprovechó de ello. Salió más enchufado y rondó a Rui Silva con insistencia. Benzema tuvo dos malgastadas por su posición ilegal, y Vinicius pifió un espléndido centro de Miguel Gutiérrez. Tiene esas cosas. Fue de lo poco que no le salió. Poco después regaló un quiebro extraordinario en el área ante Montoya y Ruibal.
La sensación de dominio madridista era asfixiante. Aún así, pudo marcar el Betis en una jugada atropellada. Después de un entradón de Casemiro a Hernández Hernández, tan cómico como llamativo, Juanmi persiguió una bola imposible, ganó a Militao y Alaba y cuando entregaba el gol a Ruibal se interpuso Gutiérrez. En la contra quien rescató un balón imposible fue Vini para dejar a Benzema con tiempo para crear. El francés sirvió al otro palo para la entrada de Carvajal, que voleó el 0-1. Justo.
El Betis reaccionó con energía, la que no había mostrado en todo el segundo acto. Salvó una Alaba, jefe defensivo, y Courtois contuvo una buena diagonal del Ruibal. Momento para los cambios, que recompusieron al Madrid. Asensio y Lucas por Isco y Bale. Oxígeno y trabajo. Pellegrini usó cambios naturales: relevo en las bandas y en el rematador. Al último cuarto de hora se entró sin Vinicius, el mejor de nuevo pese a no marcar. Entró por él Hazard, que vio la amarilla sin tocar la bola.
De récord. Como el de Joaquín, que entró con la ilusión del debutante que fue hace 20 años. Muy cansados, los béticos generaron poco ante un Madrid con cuatro medios y Carvajal en el lateral zurdo. Buen ejercicio defensivo del grupo de Ancelotti que se llevó un buen susto al final, un remate de Montoya que salvó Courtois. El belga ató la segunda victoria del curso, a tres días del fin del mercado. Que Mbappé daría un salto cualitativo al Madrid es evidente. Mientras, el equipo ha hecho sus deberes.
