Comentario a Tiempo
Teodoro Rentería Arróyave
El viacrucis que tenían que padecer “los viejitos”, como peyorativamente los designaban algunos empleados carentes del menor sentido de humanidad a los jubilados, se acabó de ahora y para siempre en las clínicas del Instituto Mexicano del Seguro Social, IMSS.
Permítanme, respetables amigos lectores y radioescuchas, relatarles una de esas historias sombrías que jamás debieron de ocurrir en nuestro México, que aún presume de haber consumado la primera Constitución socialista en el mundo.
Cuando una mexicana o un mexicano, después de años de trabajo y de entrega a sus responsabilidades se decidía jubilarse, tenía que sufrir las vicisitudes a que obligaba la burocracia caduca y estéril.
Citas y más citas, papeleos y más papeleos, copias fotostáticas y más copias fotostáticas, como si el propio Instituto Mexicano del Seguro Social no tuviera presupuesto para copiar una credencial o una acta de nacimiento de las personas de la tercera edad.
Todo lo anterior, no obstante lo inhumano de dicha directriz, carece de importancia ante la ignominiosa orden de que cada periodo de 6 meses los jubilados tenían que presentarse a una ventanilla burocrática, valga la redundancia, para comprobar su supervivencia.
Es decir, el IMSS, la mayor institución de seguridad social que los gobiernos emanados de la Revolución Mexicana idearon para atender al pueblo mismo, había caído en la ignominia, por órdenes superiores, de negarles toda credibilidad a los derechohabientes.
No sabemos que burócrata mayor, seguramente en el periodo de la docena trágica panista, se ordenó por la maldita cultura de la desconfianza, que todo jubilado por vejez y demás situaciones dramáticas, tenía que presentarse ante una ventanilla burocrática para demostrar que aún vivía.
A esta práctica deshumanizada, ignominiosa, innoble, afrentosa, vil, odiosa, baja, degradante, infamante, deshonesta y vergonzante se tenían que someter todos los jubilados de Instituto Mexicano del Seguro Social, por órdenes de un burócrata de quinta categoría, de cuyo nombre por ahora desconocemos.
Es el caso o estupenda sorpresa la que se han llevado los jubilados en estos últimos días; resulta que el anterior o el nuevo director general del IMSS, ordenó cancelar dicha estúpida regla. Nuevamente nuestro reconocimiento a la institución por excelencia de la seguridad social, el Instituto Mexicano del Seguro Social.
Periodista y escritor; Presidente del Colegio Nacional de Licenciados en Periodismo, CONALIPE; Secretario de Desarrollo Social de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP; Presidente fundador y vitalicio honorario de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos, FAPERMEX, y miembro del Consejo Consultivo permanente del Club Primera Plana. Agradeceré sus comentarios y críticas en teodoro@libertas.com.mx, teodororenteriaa@gmail.com Nos escuchamos en las frecuencias en toda la República de Libertas Radio. Le invitamos a visitar: www.felap.info, www.ciap-felap.org, www.fapermex.mx, y www.clubprimeraplana.com.mx
