Recorte de Pemex

La quiebra inminente de Pemex afecta todo menos la sindicato causante de la mayoría de sus descalabros financieros de la empresa.
El poder de Carlos Romero Deschamps es muy similar al de Javier Duarte, ambos están por encima del propio Presidente de la República.
Así, es más fácil remover a un director general de la empresa petrolera que a un secretario general del sindicato. Los intereses son los que mandan y pisotean los derechos de los trabajadores, el sentido común y cualquier autoridad del país, ya no se diga a los ciudadanos.
La llegada del director general de Pemex sólo servirá para compactar el personal, sobre todo el sindicalizado, no sólo con la anuencia sino con la complicidad de los líderes sindicales.
Pemex y la Comisión Federal de Electricidad, las empresas que sustentan la reforma energética tienen en su área sindical a los capataces que a cambio de su permanencia como parásitos de ambas empresas deben hacer el trabajo sucio que, según sus directores generales, es la mejor medida para sanear dichas empresas.
Los expertos que asumieron relativamente poco tiempo las cabezas de ambas empresas asumieron dicho papel porque son expertos en finanzas, graduados en el extranjero, egresados de las más caras universidades privadas del país, pero en la práctica sólo hacen lo que un simple estudiante de contabilidad hubiera hecho, que es el camino más fácil para “depurar” una empresa: recortar personal, sin saber si hay otras personas con la misma capacitación que los sustituya. Por eso en la cancelación dipsómana de Felipe Calderón contra la Compañía de Luz y Fuerza del centro empezaron a sucederse accidentes mortales, debido a que muchos de los improvisados trabajadores intentaron infructuosamente realizar las tareas de la empresa cerrada por decreto.
En Pemex, 178 trabajadores de las brigadas sismológicas A y B, de Pemex Exploración y Producción, ubicadas en Comalcalco, en Tabasco, y en el municipio de Las Choapas, en el sur de Veracruz, asignadas a la sección 31 del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana en esta ciudad, denunciaron que la empresa petrolera pretende desaparecer estas instalaciones, y para ello les redujo el 60 por ciento de los viáticos estipulados en el Contrato Colectivo de Trabajo.
Los petroleros denunciaron las anomalías de Edith Carrillo Díaz, secretaria del Interior y Acuerdos, y líder moral de la sección 31, afirmaron que están siendo amenazados por ella misma, y por el secretario general José Alex Hernández Mendoza, quien está bajo la sombra de la eterna dirigente.
Los afectados que son de planta, aseguraron que les están violando sus derechos sindicales, y que trabajan en jornadas especiales de 20 días acampados y 10 días de descanso, gozando con derechos establecidos en el Contrato Colectivo vigente del pago de viáticos por estar acampados. Sin embargo, a partir del 27 de octubre de 2014, esta prestación se les suspendió afectando económicamente la estadía tanto en Comalcalco como en Las Choapas. Las brigadas tienen más de 30 años operando en los campos petroleros.
Esto sucede todos los días en las instalaciones de Pemex donde los líderes sindicales son prácticamente los propietarios de los medios de producción de una empresa que según el discurso oficial es de todos los mexicanos.
La reducción de trabajadores ya la hicieron los líderes sindicales al escoger de entre ellos a sus incondicionales a quienes les permiten descansos interminables, pueden dejar de trabajar, o los utilizan para que estén a su servicio como choferes, secretarios y secretarias, guardaespaldas, mandaderos, etc.
Si a esto sumamos que se va a recortar personal, ya disminuido de por sí, entonces no habrá mano de obra capacitada para realizar ninguna tarea esencial de la empresa petrolera. Esto lo sabe el nuevo director de Pemex, lo sabe Deschamps, pero ellos se arreglan y la que saldrá perdiendo será la empresa, y, por lo tanto los mexicanos, quienes seguimos creyendo que esa empresa es de todos los mexicanos.