Horacio Duarte Olivares, titular de la Agencia de Aduanas México (ANAM), recordó la lucha jurídica que mantuvo hace 17 años para defender del desafuero al actual Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Dicho suceso, lo calificó como ’uno de los atropellos más grandes de la política mexicana y que hoy, en pleno proceso de transformación, refuerza más que nunca lo que 30 millones de mexicanos confirmamos más tarde: estábamos del lado correcto de la historia’.
De igual forma, recalcó en sus redes sociales que para todos los mexicanos, el 7 de abril del 2005 debería de ser recordado como el día donde se consumó una de las pifias políticas más espectaculares de la política mexicana.
“Me tocó en ese entonces apoyar a Andrés Manuel López Obrador desde mi curul de Diputado Federal y como su abogado durante el proceso de desafuero, con la total certeza de que sería sólo un escalón para la reivindicación de la transformación que hoy estamos viviendo”, añadió.
Por las presiones de los jefes de fracción del PRIAN, el ministro Mariano Azuela y las mafias empresariales que luego participarían en el fraude electoral del 2006, 360 diputados votaron para eliminar el fuero que el -en ese entonces- Jefe de Gobierno del Distrito Federal tenía.
Se trataba de una persecución política con el fin de sacar de la carrera electoral al hoy Presidente de México; el tiempo y el pueblo acabó dándole la razón.
Sabíamos que el proceso que sería meramente simbólico, pues en argumentación jurídica no tenían de dónde defenderse.
Ese día Andrés Manuel dijo frente al pleno del Congreso: “No espero de ustedes una votación mayoritaria en contra del desafuero. No soy ingenuo. Ustedes ya recibieron la orden de los jefes de sus partidos”, dejando claro que la decisión política estaba tomada.
Ese día comenzó la votación de los dos proyectos de nación que hasta hoy siguen confrontados: uno donde imperan la corrupción, el influyentismo y la entrega de nuestra soberanía, y otro donde se gobierna en función de la voluntad popular y la defensa de la Nación.
Aquellos diputados del PRIAN que vivían (y siguen viviendo) en su burbuja de privilegios, no querían que un tabasqueño fuera a reventarla y bajarlos de ese escalafón ficticio que ellos mismos habían creado para sentirse dueños de México.
La primera vez que llegó el tema a San Lázaro fue por medio de la Sección Instructora del Congreso. Éramos 4 diputados y teníamos la tarea de ser el primer filtro en la Cámara de Diputados para el proceso de desafuero; eran 2 diputados del PRI, uno del PAN y el cuarto era yo. En ese entonces yo presidía la Sección Instructora.
La ruta a seguir era votar entre los 4 si dicha propuesta –desaforar al Jefe de Gobierno– se presentaría ante el pleno.
Con total sinceridad puedo decir que ese voto ha sido el más sencillo de mi vida, pues años después 30 millones de mexicanos me confirmaron lo que pensaba ese día: estábamos del lado correcto de la historia.
Han pasado 17 años de un episodio que sirvió para entender el México de la impunidad, de los amigos de Fox, de Salinas, del Fobaproa y de las privatizaciones. ¿Dónde están hoy los perseguidores y promotores del desafuero? Escondidos después detrás de personeros mediáticos y traficantes de influencias.
En lo que ahora sabemos eran los años finales de un régimen podrido y caduco, la clase política estaba tan cegada que no se dieron cuenta que quitarle el fuero a Andrés Manuel no solo no le afectaba sino que estaban involuntariamente ayudando a construir algo que hasta el día de hoy perdura con más vitalidad que nunca, pues a partir del intento por atropellar a López Obrador y a su proyecto, terminó por consolidarse un movimiento popular, masivo, nacional y transformador como no se había visto desde el largo proceso de la Revolución Mexicana.
No podemos olvidar nuestra historia, en la que la gran mayoría de nuestros héroes patrios fueron traicionados por las rancias élites del conservadurismo. Benito Juárez, Miguel Hidalgo, Felipe Ángeles están en los libros de historia y en los altares cívicos de las avenidas del país, aun y cuando fueron detenidos, fusilados o exiliados.
Los conservadores buscaron borrar su existencia, pero jamás nos abandonó su legado de lealtad a la Patria y de perseverar en las condiciones más adversas.
En México el apóstol de la democracia, Francisco I. Madero, fue detenido y procesado por el régimen de Porfirio Díaz.
Vicente Fox buscó un paralelismo con el caso de Andrés Manuel, pues los gobiernos autoritarios recurren a la ley a modo para reprimir a sus opositores cuando no quieren que sea en las urnas donde se exprese el voto democrático.
La Cuarta Transformación no se va a frenar ni por amenazas ni por chantajes. Hemos avanzado en la creación de un Gobierno que se ha encargado de representar la agenda que el pueblo de México votó.
Vivimos tiempos democráticos como nunca, hemos apostado por el fortalecimiento del Estado de Derecho y la credibilidad de las instituciones.
La sombra del autoritarismo está siendo desterrada de nuestro país. Hoy ya no se persigue a opositores ni se silencia a la prensa incómoda. Se les confronta, sí, pero siempre de frente y presentando nuestro punto de vista.
Pero lejos quedaron pasajes ignominiosos como el desafuero o las salidas del aire de conocidos personajes de la comunicación.
Hoy más que nunca reiteramos los valores de no mentir, no robar y no traicionar al pueblo. Y como aquel 7 de abril del 2005 seguiremos caminando junto a Andrés Manuel López Obrador.
