Lectura Política
Noé Mondragón Norato
Los compromisos de campaña por el gobierno estatal van a ser cobrados en la próxima elección federal y local de julio de 2018. Pero uno en particular resalta: el del diputado federal, Ricardo Taja Ramírez, un cuadro político que del PRD, saltó al grupo político del ex edil de Acapulco, Manuel Añorve Baños, en cuya administración fungió como regidor perredista. Y de ahí creció como la espuma, gracias a la amistad que trabó con el propio Añorve, quien maniobró para impulsarlo como diputado local y luego federal por el distrito 9, en la pasada elección del 7 de junio de 2015. Hoy, Taja Ramírez intentará cobrar sus aportaciones financieras a la campaña electoral del actual gobernador Héctor Astudillo Flores. Y la mejor forma de darle cauce, es que el PRI lo postule como candidato a la alcaldía de Acapulco. De ahí se lee lo demás.
COMPROMISOS QUE SE DEBEN.- En cierto modo, el gobernador Astudillo sabe que Manuel Añorve, no puede agandallar dos candidaturas tricolores importantes: la de alcalde de Acapulco. O la del senado de la república. Y el peor escenario para el PRI y para el propio gobernador, es que lo deje sin ninguna de ellas. Porque se entiende que entonces, Añorve dará sus apoyos soterrados al PRD. Y Acapulco se convertiría en un desastre electoral para el PRI. Hay puntos que es preciso abordar al respecto: 1.- Como cuadro político añorvista, Ricardo Taja ya comenzó a desplegar publicidad anticipada en camiones urbanos de Acapulco. Evalúa ir mejor posicionado que los demás aspirantes tricolores. Y desde luego, cobrará el financiamiento a la campaña electoral del actual mandatario estatal. 2.- Recién tomó posesión como gobernante, Astudillo designó como titular de la Comisión de infraestructura Carretera y Aeroportuaria del Estado de Guerrero (Cicaeg), a Javier Taja Ramírez, hermano de Ricardo, una dependencia donde circula el dinero a raudales y la obra pública es de ínfima calidad. Pero el asunto es que Ricardo Taja, se ha visto involucrado en polémicas y escándalos: el 10 de mayo de 2016, aparecieron mantas en puentes peatonales de Acapulco, en los que le exigían ’cumplir con sus compromisos al aceptar dinero para la campaña de Astudillo’. Un mes después -el 7 de junio-, cuando se cumplía un año de la elección que encumbró a Héctor Astudillo como gobernante, apareció otra que decía textual: ’Diputado Ricardo Taja, deja de andar diciendo que el gobernador te pide comisión y que tienes negocios con sus hijos, que la comisión la entregas a Pedro Ocampo, y menos digas que estás enterado del problema que tuvo el gobernador con su hijo hace tiempo, cuando llegaron a los golpes. Ten palabra y no te escudes en eso para no cumplir con tus compromisos. Atente a las consecuencias. Pedrito A.’ 3.- Con todo, Ricardo Taja, aparece como instrumento político de presión, de Añorve. Y éste último mantiene a otros con un bajo perfil. Entre ellos, su ex secretario de Planeación y Desarrollo Económico, Celestino Baylón Guerrero, a quien estaría impulsando para la diputación federal en el distrito 4, que está actualmente en poder de su esposa, Julieta Fernández Márquez. El problema de Celestino, es que mantiene distanciamientos políticos muy visibles con el gobernador Astudillo. Pero aparece con un currículo político más limpio que el de Ricardo. Fuera de eso, el compromiso político mayor del mandatario estatal tricolor, es con Ricardo Taja. Y se entiende que sería a él a quien apoyará como candidato a la alcaldía porteña. Aunque lo mandé de antemano, a la derrota electoral. Sobre todo si Manuel Añorve, logra la candidatura tricolor al senado de la república en el primer lugar de la fórmula. Porque es evidente que el grupo político del ex edil de Acapulco, no se puede atascar con todo el pastel. E incluso, el propio Astudillo lo estaría impidiendo. Ese es el punto.
