Sarcasmos 78

He tenido mala suerte en mis dos matrimonios. Mi primera mujer me dejó; la segunda, no. / Me preguntan mi secreto para lograr un matrimonio tan duradero. Yo les respondo que consiste en que la pareja salga a un restaurante caro dos veces por semana. Ya sabes: luz tenue, velas, música suave, baile romántico. Mi esposa sale martes y sábados: yo, miércoles y domingos. / La manera más eficaz de recordar tu aniversario de bodas es olvidarlo una vez. / Yo abrí una cuenta en gmail, otra en hotmail, otra en yahoo, otra en

facebook, otra en twitter... yo qué sé, señor juez. También quizá abrí

otra cuenta en Suiza y ya ni me acuerdo... yo qué sé.



APUESTAS

Me regaña un queridopaisano por apocalíptico: “Hoy, al inicio de la octavo año desde que inició la crisis, estamos por cerrar la décima operación de inmuebles (distressed debt). Esta oportunidad no habría sido posible si no hubiera habido crisis y si los bancos centrales no hubiesen ofrecido dinero barato. ¡Lo tomamos! Lo que esto representa es una transferencia histórica de recursos de ahorradores a deudores (me incluyo entre estos últimos). Recuerdo a principios de la crisis, cuando en tu columna aconsejabas a tus lectores pagar deudas, no deber y prepararse para un aterrizaje forzado de la economía. El aterrizaje forzado ocurrió, pero los ganadores fueron los deudores. Perdieron los ahorradores y los que repagaron sus deudas en 2008 - como lo aconsejabas- en lugar de aprovechar las gangas que, tras una crisis inmobiliaria de proporciones bíblicas, aparecieron. Releo tus columnas de 2008 e incluso las de hoy y me recuerdan a esos profetas en las esquinas de San Francisco, con letreros THE END IS NEAR. Vuelvo ahí diez años después, y los mismos individuos siguen en las mismas esquinas, con los mismos letreros. Nadie sabe lo que va a ocurrir. ¡Pero una ganga es una ganga! Y hay que saber reconocerla. Seguimos en el juego y la ultima palabra no ha sido escrita. A lo mejor el profeta de San Francisco tiene razón, pero las gangas me hicieron mas placentera la espera de ese final, que nos tratará a todos por igual: prudentes e imprudentes.” Bueno, es un punto de vista. Para quienes gustan de las emociones fuertes y a corto plazo, siempre hay oportunidades que no aprovechamos los timoratos y pacientes como yo. Hay apuestas para todos los temperamentos, y no dependen tanto de las reglas de la mesa como del carácter del jugador y su horizonte de expectativas. Mi apuesta es más conservadora que la suya, nada más. El “aterrizaje forzado” a que él se refiere no fue tal, según yo, sino un mero ensayo preliminar. Y quiero creer que ese verdadero “aterrizaje forzoso” NO nos afectará igual a prudentes que a imprudentes.



EL VALOR DE UNA DISCULPA

Se atribuye a Francisco de Quevedo y al rey Felipe IV un debate sobre el valor de la disculpa. El monarca sostenía que cualquier ofensa queda lavada por una disculpa. El escritor alegaba que una disculpa deshonesta, cínica o mal planteada puede resultar peor que el hecho por el que se pide perdón. El rey retó a Quevedo, quien entonces fungía como su secretario, a ofenderlo y encontrar una disculpa que resultase peor que el propio agravio. Apenas dio la vuelta, el poeta le agarró las nalgas al rey. No bien repuesto de la sorpresa, Felipe IV escuchó las siguientes palabras: “Perdón, señor, pensé que era la reina.” Y yo recuerdo a aquel esposo que reta a su mujer a decirle una ofensa y a la vez un halago en una misma frase. Ésta lo piensa unos segundos y finalmente le dice: “Tienes el pene más largo de todos tus amigos.”





EXPOSICIÓN

Mi prima Rosario Peña Fárber de Gass inaugura este jueves 5 de febrero su exposición “Los colores de la alegría”, en el Museo de Arte de Mazatlán.

OOOOOOMMMMMM
Recuerda meditar cuanto puedas, cuando puedas.



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