Los productores, introductores, engordadores y tablajeros del país aumentaron sus ingresos en plena pandemia gracias a que aumentaron el precio de sus productos, padeciendo la población por ello al tratarse de productos de canasta básica.
Incluso ganan más dinero que el año pasado pese a producir menos.
No contentos con ello, encima han declarado que "necesitan apoyos" -no recuperables- para poder subsistir, amagando que de no ser así, cerraría un número importante de ellos sus cortinas.
Pero el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) los desmiente.
De acuerdo con la información oficial de Inegi sobre sacrificio de de ganado en rastros, medido en toneladas, en el caso del ganado porcino, la cual es la más recurrida por su costo accesible, se observó un decremento de 2 mil 227 toneladas, equivalentes al 6.9%, en el comparativo entre mayo de 2020 y el mismo periodo de 2019; pero en cuanto a su valor comercial, este aumentó de manera marginal 31 millones de pesos.
En cuando al ganado bovino, 42 mil toneladas llevadas al canal en mayo de 2019 les dejaron ingresos por casi 2 mil 397 millones de pesos; para mayo de este año, con 700 toneladas menos obtuvieron ingresos por 2 mil 546 millones. En la carne ovina y caprina también disminuyeron pero mantuvieron sus ganancias elevando los precios de forma injustificada.
Los datos evidencian que es ’mentira’ que vivan una crisis, como han señalado algunos de sus representantes, al menos no como el resto de sectores, pues ganan incluso más produciendo menos.
Hasta el momento, la Profeco no ha dado un dictamen sobre si se encuentra justificada el alza generalizada de precios, por lo que el sector cárnico, en plena pandemia, ha hecho su agosto.
