Solemnidad de la Santísima Trinidad



EL "MISTERIO" DE LA TRINIDAD

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Solemnidad de la Santísima Trinidad
Religión
Mayo 29, 2021 21:45 hrs.
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La Palabra de Dios

Primera Lectura
Dt 4, 32-34. 39-40
En aquellos días, habló Moisés al pueblo y le dijo: ’Pregunta a los tiempos pasados, investiga desde el día en que Dios creó al hombre sobre la tierra. ¿Hubo jamás, desde un extremo al otro del cielo, una cosa tan grande como ésta? ¿Se oyó algo semejante? ¿Qué pueblo ha oído sin perecer, que Dios le hable desde el fuego, como tú lo has oído? ¿Hubo algún dios que haya ido a buscarse un pueblo en medio de otro pueblo, a fuerza de pruebas, de milagros y de guerras, con mano fuerte y brazo poderoso? ¿Hubo acaso hechos tan grandes como los que, ante sus propios ojos, hizo por ustedes en Egipto el Señor su Dios?

Reconoce, pues, y graba hoy en tu corazón que el Señor es el Dios del cielo y de la tierra y que no hay otro. Cumple sus leyes y mandamientos, que yo te prescribo hoy, para que seas feliz tú y tu descendencia, y para que vivas muchos años en la tierra que el Señor, tu Dios, te da para siempre’’.
Palabra de Dios
Te alabamos, Señor

Salmo Responsorial
Salmo 32, 4-5. 6 y 9. 18-19. 20 y 22
R. (12b) Dichoso el pueblo escogido por Dios.
Sincera es la palabra del Señor
y todas sus acciones son leales.
El ama la justicia y el derecho,
la tierra llena está de sus bondades. R.
R. Dichoso el pueblo escogido por Dios.
La palabra del Señor hizo los cielos
y su aliento, sus astros;
pues el Señor habló y fue hecho todo;
lo mandó con su voz y surgió el orbe. R.
R. Dichoso el pueblo escogido por Dios.
Cuida el Señor de aquellos que lo temen
en su bondad confían;
los salva de la muerte
y en épocas de hambres les da vida. R.
R. Dichoso el pueblo escogido por Dios.
En el Señor está nuestra esperanza,
pues él es nuestra ayuda y nuestro amparo.
Muéstrate bondadoso con nosotros,
Puesto que en ti, Señor, hemos confiado. R.
R. Dichoso el pueblo escogido por Dios.

Segunda Lectura
Rom 8, 14-17
Hermanos: Los que se dejan guiar por el Espíritu de Dios, ésos son hijos de Dios. No han recibido ustedes un espíritu de esclavos, que los haga temer de nuevo, sino un espíritu de hijos, en virtud del cual podemos llamar Padre a Dios.

El mismo Espíritu Santo, a una con nuestro propio espíritu, da testimonio de que somos hijos de Dios. Y si somos hijos, somos también herederos de Dios y coherederos con Cristo, puesto que sufrimos con él para ser glorificados junto con él.
Palabra de Dios
Te alabamos, Señor

Aclamación antes del Evangelio
Cfr Apoc 1, 8
R. Aleluya, aleluya.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Al Dios que es, que era y que vendrá.
R. Aleluya.

Evangelio
Mt 28, 16-20
En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea y subieron al monte en el que Jesús los había citado. Al ver a Jesús, se postraron, aunque algunos titubeaban.

Entonces Jesús se acercó a ellos y les dijo: ’Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, pues, y enseñen a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándolas a cumplir todo cuanto yo les he mandado; y sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo’.
Palabra del Señor
Gloria a ti, Señor Jesús

’ Los once discípulos se fueron a Galilea ’
Introducción
Para que seas feliz
El ciclo litúrgico culmina el tiempo pascual en la solemnidad de la Santísima Trinidad; de modo simultáneo, la celebración de Dios trino centra el inicio del tiempo ordinario. Un acierto pedagógico que favorece la comprensión de Dios como origen y meta de nuestro peregrinar creyente, como esencia y presencia en nuestro ser; amor que se dona en la diversidad.

La referencia trinitaria la desvela el mismo Jesús y se asume en las primeras comunidades cristianas. Si bien esta fiesta litúrgica se incorporó tardíamente al calendario romano en el año 1331, en la iglesia hispánica de los siglos V al VII ya se enseñaba con aguda profundidad la fe trinitaria y resulta conmovedor que el VI el concilio de Toledo afirmase: ’Dios es uno solo, pero no solitario’

La liturgia de este día invita a celebrar al abrigo de los textos bíblicos, el gozo de Dios en sí, su amor desbordado y su armonía en la diferencia. La fiesta de Dios trino nos abre a la experiencia de gestar misericordia después de haber sido mirados por ella; al sentimiento desarmado por la bondad, la luz y la ternura; a descubrir la verdad que convierte la propia existencia en auténtica revelación.

La realidad que Dios es nos desconcierta, no tanto por incomprensible cuanto por inabarcable. Dios nos busca y nos incorpora a su mismo movimiento de éxtasis, nos adentra en nuestra raíz de la que brota lo que hacemos. Fluir en esa corriente conlleva el abandono de las ansias de control, la liberación del yugo que supone la autoreferencia, el aprendizaje de la alegría que surge de la acogida, escucha y compasión que nos transforman

Sor Miria de Jesús Gómez O.P.
Monasterio Santísima Trinidad Orihuela

Comentario al Evangelio de hoy


Enrique Martínez de la Lama-Noriega, cmf
EL "MISTERIO" DE LA TRINIDAD

"Sólo el Dios encontrado.

Ningún Dios enseñado puede ser verdadero,

ningún Dios enseñado.

Sólo el Dios encontrado

puede ser verdadero".

Charo Rodríguez, La luz de la niebla


Hay que reconocer que para muchos cristianos eso de la Trinidad es un ’rollo’. A veces lo dicen así de claro, dando por sentado que todas esas frases del Credo Nicenoconstantinopolitano son un ’rollo’, aunque se repitan en muchas Misas, porque no las entienden, y no saben qué tienen que ver son su experiencia personal de fe. ¿Tres sustancias en una esencia? ¿Tres personas en una sustancia? ¿Una naturaleza en tres personas? ¿Dos naturalezas en una sola persona? El valor que tienen nuestras definiciones y afirmaciones sobre Dios es sobre todo «sugerir», porque a Dios no podremos nunca ’meterlo’ dentro de una definición, por muy ’ex cátedra’ que sea. Estas formulaciones y otras parecidas les decían mucho a la Iglesia de Nicea o de Calcedonia... pero pueden haberse quedado vacías para nosotros después de tantos siglos y de tantos cambios. El lenguaje evoluciona muy deprisa. También nosotros tenemos no pocas dificultades para leer a Cervantes o a Santa Teresa en sus versiones originales, y sólo han pasado cinco siglos. Decía el Papa Francisco que «la misión es siempre la misma, pero el lenguaje para anunciar el Evangelio pide ser renovado con sabiduría pastoral». (Mayo 2015)

Con una sorprendente comparación, no recuerdo quién, comentaba que las fórmulas dogmáticas de los concilios son como ’albóndigas teológicas’: Bien picadas y calentitas, pueden resultar muy digestivas, apetitosas y alimenticias. Pero si, después de haber estado en el horno, se han quedado frías, pueden resultar incluso indigestas, por muy buena carne que lleven. Y sería absurdo empeñarse en metérselas a la gente en la boca, por la simple razón de que, cuando fueron hechas hicieron, estaban buenísimas.

Es verdad que esas afirmaciones forman parte de una riquísima Tradición, y del esfuerzo de muchos pensadores por dar respuesta a las dificultades que se iban presentando a la fe... Y por eso no podemos deshacernos de ellas a la ligera. Pero hay que prestar atención a las dificultades, retos y necesidades de la fe que tiene HOY el hombre de la calle, y no menor cuidado merece el LENGUAJE, para que pueda ser significativo en este siglo XXI. Hoy muchos se preguntan cómo encontrar a Dios en la vida cotidiana, cuáles son los caminos de la oración, qué tiene que ver Dios con el problema del mal en el mundo, si el cristianismo es la única religión ’verdadera’, cuáles son los valores que hoy tenemos que defender según nuestra fe, qué se puede o se debe cambiar en nuestros ritos y tradiciones litúrgicas, en el modo de comprenderse a sí misma la Iglesia, los dogmas, la moral... Mucha tela para una sencilla homilía, claro y para este humilde misionero.

Pero vamos a intentar decir algo comprensible sobre el «Misterio» de la Trinidad.
EL «MISTERIO» DE LA TRINIDAD. El primer sentido de ’misterio’ que nos viene a la cabeza es de algo incomprensible, ininteligible, jeroglífico, crucigrama sin solución, ¡tres en uno!... un rompecabezas. Pero claro, la Trinidad no quiere ser como un pasatiempo para ratos perdidos... Y sobre todo, no consta que Jesús, Mateo, Lucas o Pablo tuvieran afición a los acertijos. Ellos, al hablar de la Trinidad, estaban hablando de su experiencia vital.
También decimos que ’la persona es un misterio’. Es decir, que tiene una profundidad que nunca captamos del todo, que no se puede tocar, ver, clasificar, definir, encerrar.... Nos llega algo de ella por medio de su rostro y de su aspecto... pero eso sólo no es ella. Nos ayudará el contemplar sin prejuicios su comportamiento, sus actitudes, sus ideas... Y si amamos a esa persona, todavía captamos muchos más aspectos que se escapan a los demás: quien más te quiere es quien mejor te conoce... De lejos no conocemos realmente a nadie. Y nunca conocemos a nadie del todo.
Pues para poder decir algo sobre Dios y su misterio, es necesario tener una mínima experiencia personal de él. Porque si no, convertimos a Dios en ideas, especulaciones, discusiones, discursos, normas... y no en una persona (mejor dicho, tres). Primero hay que haber ’olido’ a Dios:

Discutía un grupo de alumnos en qué consistía exactamente eso del ‘Dios Trinidad’. Cuando llegó el maestro, todos se abalanzaron sobre él, pidiéndole explicaciones. Él les dijo: ¿Quién de vosotros ha sentido alguna vez el aroma de una rosa? ’Todos’, le contestaron al unísono. Y de nuevo preguntó: ¿Quién de vosotros puede describírnosla?



Decir que ’la Trinidad es un Misterio’ es afirmar que nos desborda; que algo de Él comprendemos porque nos hemos cruzado con Él, hemos notado su rastro, hemos sentido su aroma. Intuimos que en Dios hay tanta riqueza de vida, tanta creatividad y originalidad... que ni en toda la eternidad podremos abarcarlo del todo.
Escribía el Papa Benedicto: ’La doctrina de la Trinidad no pretende haber comprendido a Dios. Es expresión de los límites, gesto reprimido que indica algo más allá’. Y también: ’Todo intento de aprehender a Dios en conceptos humanos lleva al absurdo. En rigor, sólo podemos hablar de Él cuando renunciamos a comprenderlo y lo dejamos tranquilo’.
Por eso debemos poner mucho cuidado con tantas ’imágenes falsas de Dios’, deformaciones que hacemos, consciente o inconscientemente. Y debemos poner cuidado porque nuestra manera de entender y relacionarnos con Dios, condiciona y afecta a nuestro modo de situarnos en la vida y de vivir la fe. Dime cómo es tu Dios y te diré cómo te relacionas con él y cómo te comportas con los otros, y en la vida.

Yo no sé explicar o definir lo que es el amor o la amistad. Pero sí sé decir cuándo los siento y cuándo los recibo, o lo que me pasa cuando no están. Y eso es lo más importante. Yo no sé explicar lo que es el silencio, pero sí sé decir cómo me siento cuando me recojo y me escucho, y cómo me va en la vida cuando me falta. Y así tantas cosas importantes de mi vida: la alegría, la ternura, la comprensión, vivir con sentido, la belleza... y también Dios.

Por dar unas pinceladas. Para mí, si Dios es Padre... quiere decir que yo soy hijo, que tengo quien me ama sin condiciones, que me quiere entrañablemente y que hace todo lo posible para que sea feliz. Que de él vengo y hacia él voy. Que por mis venas corre su ADN divino.
Si Dios es Hijo... quiere decir que yo valgo mucho, porque él quiso ser como yo. Y que me enseña que sobre todo soy «hermano». Que mi tarea en la vida es construir fraternidad y comunidad. Que puedo y debo pasar por el mundo dándome, haciendo el bien, luchando contra cualquier injusticia o sufrimiento que afecte al ser humano.
Y si Dios es Espíritu Santo, me sé consagrado, perteneciente a Dios, portador de Dios... para hacerle presente donde quiera que voy, y haga lo que haga. Que estoy habitado, acompañado, fortalecido y animado por una presencia amorosa, de modo que puedo ser libremente instrumento de su amor, manos suyas, ojos suyos, pasos suyos, misericordia suya....

Por eso, en esta fiesta, yo recibo hoy la invitación a ser ’buscador’ de Dios. Primero con el corazón, con la experiencia. Y luego también con la cabeza. Ambas necesarias. A irlo conociendo cada día un poco más. Sabiendo -y esto es muy importante- que si Dios es Trinidad (comunión de personas), para poder conocerle, para encontrarle un poco, tendré que caminar acompañado de otros hermanos, compartiendo fe y vida. Los otros son camino hacia el Dios Trinidad. Juntos podremos rastrear mejor sus múltiples huellas en el Universo, en el hombre y en el interior de cada uno.
Quique Martínez de la Lama-Noriega, cmf

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