Un Rapidín...
Resulta positivo que sectores como el empresarial se solidaricen con las autoridades en estos momentos en que se crispó el ánimo social por los sucesos violentos de la noche del domingo en Acapulco.
Nadie en sus cinco sentidos puede negar que acontecimientos de esa naturaleza alarmen a la población en general. Pero de ahí a convocar a un linchamiento de los gobernantes, en lo particular no lo comparto.
Se entiende que el linchamiento es coyuntural. Nunca faltan los agoreros. Sí, esos que ambicionan que Guerrero estalle, que nuestro querido Acapulco se incendie.
Son los frustrados. Aquellos que no obtuvieron lo que ambicionaban con las actuales autoridades. Muchos de esos que perdieron en la contienda electoral de junio del año pasado.
Personajes siniestros a quienes no les interesa el beneficio colectivo y por eso pretenden la desestabilización social promoviendo el desconocimiento a las autoridades.
Lo mejor de todo esto, es que son los más, muchos más, los que –aún con el malestar por el fenómeno de la inseguridad- ansían la tranquilidad, la paz, la armonía social.
Mediante las urnas la mayoría de guerrerenses decidimos quiénes nos gobernaran. Así de fácil.
Por eso, insisto, muy bien que sectores sociales manifiesten su inconformidad, pero igual mensajes positivos para unirse, todos, en momentos difíciles como los que enfrenta Guerrero.
Lo que llama la atención, es que la Confederación de Trabajadores de México (CTM) anuncie que no participarán en el desfile del primero de Mayo.
Su dirigente en Guerrero, el diputado local por el PRI (sí, ¡priista!) Antelmo Alvarado García, anunció que no desfilarán por la inseguridad.
Al gobernador Héctor Astudillo Flores se le observa preocupado por la situación y constantemente en contacto hasta con el propio presidente Enrique peña Nieto, para apaciguar la violencia en Guerrero.
Y en breve se realizará en Acapulco una reunión de gabinete de seguridad federal, con el secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, para analizar la situación y poner en marcha acciones urgentes en la materia.
En Acapulco, observamos al alcalde Evodio Velázquez encabezando acciones con el mensaje a la sociedad para que retome la calma, que vuelva con normalidad a sus actividades.
Las autoridades están en lo suyo, pero tenemos que admitir que el flagelo de inseguridad no es fácil de erradicar.
¿No resulta tan difícil otorgar el beneficio de la duda a las autoridades?
¿Por qué en lugar de estar chingue y chingue, no nos esforzamos desde nuestras respectivas trincheras a abonar en algo para que los guerrerenses no vivamos apanicados?
Y, por último, preguntaría al diputado Antelmo Alvarado García: ¿De qué lado está? ¿Qué pretende lanzando mensajes tan negativos? (angelirracar@hotmail.com)
