La vida como es…

Suicidios

Suicidios
Salud
Septiembre 10, 2013 14:34 hrs.
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Octavio Raziel › diarioalmomento.com

Hoy es el Día mundial para la prevención del suicidio. 5,718 personas que lo cometieron en el 2011 no conmemorarán nada. Muerte que ocupa el tercer lugar estadístico después de las agresiones (que después de FeCal deben haber bajado, y mucho) y los accidentes viales. La mayoría fue entre jóvenes de 15 a 19 años. En el caso de los adultos eran varones casados y mujeres solteras; a los primeros les sobraba y a las segundas les faltaba, según la percepción de Alberto.

Empédocles de Agrigento (484 a.C. 424 a.C.) filósofo y poeta griego, cuya personalidad está envuelta en una leyenda que le hace aparecer como mago y profeta, autor de milagros y revelador de verdades ocultas y misterios escondidos, escribió numerosas obras políticas en forma de versos (unos 5,000) y al final de su vida la pasó exiliado en el Peloponeso.

Cualquiera diría que su muerte -por el nombre—fue consecuencia de una soberana papalina, una borrachera de días y noches sin huella; sin embargo, la versión más conocida es aquella según la cual se habría suicidado arrojándose al volcán Etna para ser venerado como un dios por sus conciudadanos.

La historia –y también el presente—nos lleva a diversas formas de suicidio; hay suicidas voluntarios; obligados (como Sócrates que apuró la cicuta por órdenes del Estado, o el mariscal Rommel por órdenes de Berlín) y los suicidados.

De los suicidas hay versiones de patriotas, románticos, cobardes, etcétera; están también los que se hacen el harakiri (en japonés abrirse el vientre) utilizado por los nobles en desgracia; el suttee o sati (en sánscrito mujer virtuosa) práctica habitual en la India que consistía en la auto incineración de una mujer viuda en la pira fúnebre junto con el cadáver de su esposo; los kamikaze, (el viento sagrado) que eran pilotos de guerra lanzados contra objetivos militares; los bonzos budistas que se quemaban en protesta por la presencia de estadunidenses en Vietnam, y finalmente los miembros del Hamas y Al Qaeda, que se inmolan causando el mayor daño posible al enemigo.

La lista de los suicidas famosos es interminable; muestra son los románticos, como George Sanders (escritora) Stefan Zweig (novelista) Violeta Parra (la autora de “Gracias a la vida”) o Virginia Wolf, que cargó con piedras su abrigo favorito y se lanzó al río. También Séneca, Hemingway y Jorge Cuesta, este último, articulista del periódico El Nacional, de México, y compañero de parrandas de Alberto.

Luego, en orden histórico, Cleopatra, mordida por un áspid, Adolfo Hitler, auto carbonizado en su bunker y Salvador Allende, con su metralleta, quienes prefirieron morir antes que sufrir la afrenta de ser trofeos de guerra.

Finalmente, en la muestra de los suicidados sobresalientes estarían la bellísima Miroslava Stern, a quien –se dice—mandó a suicidar un famoso político mexicano y Marilyn Monroe, que amenazó con dictar sus memorias y los Kennedy o la CIA se encargaron de silenciarla.

Habría que agregar como suicidados recientes a Héctor Febres, uno de los torturadores de la dictadura argentina (1976-1983) a quien se le imputaban por lo menos 300 asesinatos mediante tortura. Caso sobresaliente fue cuando aplicó la picana eléctrica a un bebé de 20 días de nacido para que su padre guerrillero delatara a sus compañeros. El bebé y el guerrillero fueron también desaparecidos. Cuatro días antes de iniciarse su juicio fue “suicidado” con cianuro para evitar que delatara sus jefes.

La polémica sigue en la mesa de discusión: ¿qué tanto es válida la muerte por suicidio? ¿Es cobarde o valiente quien atenta contra su propia existencia? ¿Se va al infierno o sólo le resta esperar el llamado juicio final para obtener un lugar en el espacio espiritual?

La mayoría de las religiones lo condenan, pero ha habido iglesias o sectas que ofrecen la vida eterna mediante esta salida. Recordemos a los cientos de suicidas y suicidados en una extraña secta en la Guyana; o los de Yaco, Arizona; hubo una secta que ¡hasta un viaje a un cometa prometieron a jóvenes que con zapatos tenis nuevos y mochila se envenenaron para ese éxodo!
Los israelitas que se suicidaron antes que caer en manos de los romanos en Masada (año 73 d.C. 3833 calendario judío) No olvides no olvidar.
Finalmente está el suicidio heroico, como el de los miles de mayas que prefirieron lanzarse desde poco más de mil metros a las aguas del río Grijalva (Cañón del Sumidero) antes que dejarse esclavizar por el conquistador español.

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