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CIUDAD DE MÉXICO. 12 julio, 2020.- Estos dos sitios ubicados en destinos de México tienen dos temas en común. El primero, presumen un importante legado en la industria de la minería y, el segundo, ya están recibiendo a visitantes, aunque con medidas especiales para responder a la actual contingencia sanitaria.
Uno es la Mina Prehispánica de Taxco, que fue descubierta apenas en 2013 y convertida en atracción turística el año siguiente. El lugar, en el que laboraron integrantes del grupo chontal alrededor del siglo 16, estuvo cerrado al público por algunos meses, pero reabrió sus puertas el pasado viernes.
El recorrido histórico-cultural por este espacio incluye algunos descensos, primero de 7 metros en elevador y el resto del camino a pie. Se puede bajar hasta un total de 50 metros.
A lo largo del paseo se observan varios metales, entre ellos vetas de plata, y se ofrece una presentación en vivo acerca de las labores que se desarrollaban en el lugar. Sigue habiendo muchas interrogantes al respecto, incluyendo sobre los años exactos en los que se desarrolló la extracción de productos.
La mina se encuentra debajo del hotel Posada de la Misión y al final de la visita, los presentes pueden disfrutar de una bebida en el restaurante del recinto. Además, ahí en este hotel es posible admirar el Mural de Cuauhtémoc, de Juan O’Gorman.
Para seguir las medidas de sanidad de Guerrero, la experiencia operará a un máximo del 30 por ciento de su capacidad regular y se ofrecerá gel antibacterial a los visitantes.
Otro destino minero que recibe nuevamente a turistas es Real de Catorce, una de las primeras localidades de México que fueron declaradas como Pueblo Mágico.
La zona tuvo su apogeo industrial en la segunda mitad del siglo 18, con actividades en minas como La Purísima y San Agustín.
Uno de los íconos del destino es el Túnel Ogarrio, de alrededor de 2 kilómetros, que se puede cruzar en transporte público o caminando y cuyo ambiente oscuro remite a la cotidianeidad que vivían los trabajadores.
Otra buena opción en esta localidad es tomar un recorrido a la ladera de la colina para conseguir bellísimas postales.
El encanto de Real de Catorce abarca también sus calles empedradas, ideales para dar una tranquila caminata y comprar artesanías huicholes. Y, debido a su ubicación, este pueblo también es conocido por el delicioso mezcal que se produce en la zona.
Desde mediados del mes pasado los viajeros ya pueden ingresar a Real de Catorce, pero los sitios turísticos tienen permitido operar con un máximo de 20 por ciento de su aforo total. Como medida de protección, la entrada a este poblado tiene un módulo de vigilancia para revisar a quienes lleguen y cumplir con los reglamentos de capacidad.
Agencia reforma