Juventud, divino tesoro

TIEMPO DE MÉXICO

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Periodismo
Septiembre 18, 2017 21:20 hrs.
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José Arroyo Reyes › guerrerohabla.com

Cada día la pequeña brecha que queda de este hermoso país se hace más corto e imposible transitar, caminar o vivir en libertad en nuestras queridas ciudades, pueblo o comunidades. En esta entrega no es de mi gusto opinar sobre la nefasta y corrupta política que ha hundido a nuestra Juventud con sus programas y leyes nefastas.
En esta observancia abordaré en pocas palabras el terrible problema en el que están encajados nuestros jóvenes, no solo en problemas de drogas, sino en el terrible cáncer que genera el alcohol y el sexo de manera libertina en esta nueva era de la ’comunicación’ en la que estamos muy alejados de nuestra familia pero muy cerca de lo desconocido.
Los chavos y chavas andan perdidos en la vida loca; vicios y placeres que ofrece esta mundo sin control. Ya ni sus papás los pueden controlar ni se atreven en vigilar. Los jóvenes se encabronan y ya mero les pegan a sus progenitores, algunos ya lo han hecho.
Las nuevas tecnologías y las plataformas del internet en las redes sociales, en lugar de que los chavos se abastecen con conocimientos positivos, hacen todo lo contrario, se pasan horas y horas en las redes sociales sin ningún provecho; se vuelven inútiles, flojos, comodinos, perezosos, holgazanes y groseros ’no estudian y no trabajan’.
Por las noches, los jóvenes, hombres y mujeres se preparan para la fiesta, de manera especial los fines de semana. En los bares, cantinas o antros de ’diversión’ los jóvenes se la pasan de peluche bajo influjo del alcohol u otras sustancias aciagas, para luego formar parte de riñas que se convierten en verdaderas batallas campales; unos amanecen golpeados, otros en hospitales y otros no despiertan más del sueño eterno.
Los problemas de los jóvenes en México, Guerrero y Taxco y en todo el mundo, son personas que el ambiente los seduce, principalmente el internet y los chafas programas de televisión en donde comercializan de manera abierta las drogas, armas, agresiones, sexo, infelicidades y chismes. Ahí se enseñan y les sale las primeras tentaciones, rencores, odios, las malas palabras, los atracos, embestidas y asaltos.
También de los televisores, el cine y el internet adquieren la cultura de la muerte. Entablando con tatuajes, colgajos, pinturas y adoración esotéricas que les produce en el alma, la mente, corazones y físico, graves problemas de salud mental y hasta la muerte espiritual y del cuerpo; este problema cada día viene adquiriendo nuevos adeptos de todas la clases sociales.
Esto también le genera problemas para cohabitar de manera normal y en paz el mundo ’los jóvenes difícilmente perdonan y eso les produce ceguera espiritual, una enfermedad mental incurable que solo Dios los puede sanar’. Por lo tanto debemos perdonar siempre, inclusive a tu más grande enemigo.
Estos terribles problemas de salud lo jóvenes los adquieren en los primeros años de sus vidas con el ejemplo de sus padres; la agresión y peleas que a diario ven en el hogar de sus padres, son las primeras lecciones y enseñanzas para una errante vida llena de confusión y sufrimiento.
En los primeros años somos los padres los que gritamos, los goleamos, los insultamos pero también les damos a probar los primeros tragos de tequila o cerveza. Los inducimos al cine o ver el televisor con series de narcos, telenovelas y de terror. Y luego cuando crecen, sin tener la mayoría de edad, los dejamos o les permitimos que lleguen tarde o al amanecer a la casa, eso si regresan y no los tenemos que ir a buscar a una cárcel u hospital ’muchos de estos juventudes ingresa a las filas del mal y muy mal pronto terminan sus días por este universo’.
Esta es una guerra mundial con pérdida de valores no solo en México, Guerrero y Taxco. Es un problema latente global que debe detenerse ya a tiempo, de lo contrario corremos el riesgo que cada día los jóvenes sucumbidos vayan cayendo por tanto estrés, ansiedad, tanta maldad, corrupción y seducción con los placeres de la vida sin control y loca les ofrece.
Para ganar la batalla en este corto viaje de la vida mortal, requerimos unir cuatro hermosos dones que el Creados nos otorgó y que debemos dar cuenta algún día: el alma, la mente, el corazón y el cuerpo, si una de ellas falla, falla todo. Para los padres que ya no encuentre la salida con sus hijos, debemos orar mucho y ponerlos en las manos de Dios, pues el mal nos los están arrebatando…

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