RAMÓN ZURITA SAHAGÚN
De frente y de perfil
Zacatecas es uno de los estados donde parecía que el derrumbe del perredismo, le abría la puerta del par en par a los priistas para conservar la administración pública estatal.
Hace seis años, el PRI le pagó al PRD (entonces en el poder por dos gobiernos seguidos) con la misma moneda de cambio. Postuló un candidato a gobernador que salía de las filas del partido del sol azteca.
Cuando ganaron la elección estatal en 1998, fue la figura de Ricardo Monreal Ávila la que los condujo al triunfo y con ello se llevó a muchos priistas que pasaron a engrosar las filas del perredismo.
Amalia García Medina se hizo a un lado para dejar pasar al ex priista, a cambio de aguantar seis años más para ser nominada.
Así lo hizo y ganó por segunda ocasión consecutiva el gobierno estatal para el perredismo.
Muchos más se anotaron como prospectos para seguir por la misma ruta, aunque la gestión de Amalia fue sumamente cuestionada y uno de los primeros en romper con ella fue Miguel Alonso Reyes, ex priista que se convirtió el perredismo y regresó al PRI para convertirse en candidato de este partido, aliado con el Verde.
Alonso ganó con facilidad el gobierno zacatecano y se convirtió en un cuestionador de la administración de Amalia, Aunque su gestión tampoco respondió a los intereses de la ciudadanía que lo eligió.
El perredismo se fraccionó, la familia Monreal y otros más abandonaron el partido y hasta la hija de Amalia senadora del PRD dejó sus filas y se pasó al Movimiento Ciudadano, del que ahora es diputada federal.
Claudia Corichi, la hija de Amalia fue parte de la moneda de la discordia entre el perredismo zacatecano, ya que concentró más poder que la propia gobernadora.
Tenía doble función, legisladora federal, al tiempo que la administración estatal giraba a su alrededor.
Ahora un perredismo disminuido enfrentará en las urnas a un priismo revitalizado, pero en riesgo de dividirse, ante una mala selección del candidato a gobernador.
La familia Monreal, ahora en el Movimiento de Regeneración Nacional salta como el principal adversario en las urnas, mediante el senador David Monreal, hermano del ex gobernador Ricardo Monreal.
El panismo parece ser se convertirá en aliado de los perredistas, para presentar un frente común e intentar participar como tercer contendiente al gobierno estatal.
Dentro del priismo se gesta una revuelta interna, ante los constantes amagos de Pedro de León Mojarro, cuñado del gobernador Alonso Reyes, de irse del partido si la candidatura no recae en él.
Pedro no es el aspirante mejor situado, ya que lo rebasa por mucho el senador Alejandro Tello Cristerna, quien recibe la mejor calificación en las encuestas.
Sin embargo, de León Mojarro fue acelerado y renunció a la coordinación de delegaciones de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), para formalizar su aspiración a la gubernatura del estado, por lo que se encuentra a la búsqueda de los respaldos necesarios para ello.
De León Mojarro, intenta vender un discurso que va desde su pretensión de ser gobernador para “enfrentar las crisis que padece Zacatecas, al igual que el país entero” y ofrece consolidar una candidatura para gobernar el estado con una coalición de partidos, organizaciones y ciudadanos.
Eso sí, el cuñado del gobernador anuncia que de no ser ungido por el PRI buscaría otro partido o una alianza ciudadana para competir, recordando que ya antes militó en el PRD.
Durante el último año, Pedro de León ha efectuado diversas reuniones con sectores, comidas y encuentros con miras a conseguir respaldos para su candidatura a gobernador.
Es momento de reforzar lo bueno y hacer lo que nunca se ha hecho”, dijo al formalizar su intención de buscar la candidatura.
Para los priistas, la posición de de León Mojarro se convierte en un nuevo dolor de cabeza para la dirigencia nacional del partido que preside Manlio Fabio Beltrones y que busca mantener las plazas que gobierna en la actualidad y recuperar alguna de las tres perdidas hace seis años.
TLAXCALA
Uno de los pocos estados en que se ha producido una verdadera alternancia es Tlaxcala (Morelos es el otro), donde el gobierno estatal pasó de las manos priistas al perredismo, al panismo, para regresar a ser gobernado por el partido tricolor.
Los mandatarios que gobernaron bajo los colores del PRD y PAN, fueron priistas y dejaron al partido cuando no fueron nominados como candidatos.
El actual gobernador Mariano González Zarur está catalogado como uno de los perores en la historia del estado y situado dentro de las más bajas calificaciones de todos los gobernadores del país, sin distingo de siglas.
Tlaxcala es uno de los estados en que el priismo corre un grave riesgo de perder los comicios, debido a ese sentimiento de repudio a los colores de ese partido.
Los aspirantes con mejores calificaciones en los sondeos son ajenos al PRI. La panista Adriana Dávila Fernández derrotada en las urnas hace seis años se muestra con el mejor porcentaje de intención de voto con el 26.09. Le sigue la perredista Lorena Cuéllar Cisneros, ex priista, situada con un lejano 18.50 y hasta el tercer sitio el primer priista, la ex diputada federal Guadalupe Sánchez Santiago, ex cuñada del gobernador Mariano González Zarur.
Después de ellos siguen una cauda de priista con poco posicionamiento y menos conocimiento de los electores como son los casos de Anabell Ávalos Zempoalteca con 6.77.
La realidad es que Tlaxcala se puede convertir en el primer estado en que la competencia ocurra entre mujeres, ya que la senadora Martha Palafox se alista para ser la candidata de MORENA.
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