Postigo
José García Sánchez
* El hecho de que haya paz y tranquilidad en los mítines de Alejandra Barrales en Coyoacán no es casualidad.
Nunca la delegación y sus vecinos han padecido una administración peor. Mauricio Toledo, ex delegado quien maneja al actual mandatario, también perredista a su antojo Valentín Maldonado, ha creado una mafia con los dineros de la demarcación.
Toledo ha sido incluso, involucrado en dos asesinatos, según información del periódico reforma. Considera que Coyoacán es de su propiedad y la corrupción desatada desde hace casi seis años no tiene paralelo, ni con los priistas en ese espacio.
Toledo mantiene redes directas con personajes dentro de la delegación que sin estar en nómina utilizan vehículos, documentos, oficinas, chalecos y prepotencias oficiales. Tal es el caso de Jorge Pizarro, quien trabaja fuera de nómina por estar inhabilitado, fue empleado en Tlalpan de Héctor Hugo Hernández, bajo su tutela esa demarcación, para luego convertirse en el hombre clave de Toledo en materia inmobiliaria, porque además de depender de él la autorización de los inmuebles afectado, en construcción, en ampliación o en reparación, gobiernan sobre el Director General de Desarrollo Urbano, Mario Carrillo, quien fuera encargado de la policía durante el trienio de Toledo, y ahora como manipula a Valentín Maldonado, lo somete a sus designios, colocando a personajes como Pizarro, en lugares adecuados para evaluar la condición de los edificios, a pesar de que este individuo sólo tiene la preparatoria como capacitación académica.
Ahora en el mitin de Barrales imperó la tranquilidad como una prueba más de que las grescas las organizan los propios empleados de la demarcación, comandados por Toledo, quien acompañó a la candidata del Frente por la ciudad de México, como todo un señor feudal que muestra sus dominios.
En el sabotaje en las colonias Villa Quietud y Ajusco a los mítines de orena estuvieron involucrados varios mandos medios de la Delegación. Cuatro trabajadores de Nómina de la Delegación que encabeza Valentín Maldonado, así como tres Jefes de Unidades Departamental, fueron los principales orquestadores de las agresiones. Entre los implicados están los JUD, Yolanda Antúnez Reynosa, de Desarrollo Tecnológico; Claudia Ivette Muñoz, de Grupos Vulnerables; Karina Flores Delgado, de Participación y Desarrollo Social y Leticia Burgos, de Servicios Generales y Apoyos Logísticos.
La intención de Toledo es que ningún partido, menos Morena que puntea en la intención del voto, pueda ganarle las elecciones en Coyoacán para que no descubra todos los trabajos sucios que realizó su administración y al de su gran amigo e incondicional Valentín Maldonado, no sólo en materia inmobiliaria sino en todos los rubros responsabilidad de la delegación, donde hay dinero que apropiarse.
Por si fuera poco, Toledo quiere brincar a una senaduría por la ciudad de México, como si su desenvolvimiento en anteriores cargos hubiera sido plausible y no detestable.
A pesar de que la corrupción proliferó durante el reinado del PRD en la Ciudad de México, en ninguna de sus 16 delegaciones ha habido una mafia tan bien constituida en materia inmobiliaria como la que maneja Mauricio Toledo desde la Asamblea Legislativa de la Ciudad. Ahora, quiere mostrarle a la candidata del Frente, Alejandra Barrales, que tiene bajo su control el territorio, cuando los vecinos en su gran mayoría lo repudian.
Hace algunas semanas fueron colocadas por los colonos unas mantas denunciando la corrupción de Toledo y Maldonado, de inmediato trabajadores de la delegación subieron a los balcones, allanando casas y espacios privados para arrancar las mantas de protesta.
Coyoacán no resiste una administración más de Toledo, porque ahora quiere imponer como alcalde a uno de sus incondicionales por el Frente, que daría peores resultados que el actual delegado, Valentín Maldonado, quien no mueve un solo documento de esas oficinas sin la autorización de Toledo.
