La Hoguera
La planta de Cruz Azul que pretendieron tomar por la fuerza el día de ayer personas ajenas a los cooperativistas, sigue ocupada por los seguidores de Billy Álvarez y de Federico Sanabria, quienes la defendieron junto con pobladores.
Ergo, quienes contrataron personas -por míseros 200 pesos- y que los llevaron en una docena de autobuses, fueron los del grupo Velázquez-Marín, quienes además, ya han recurrido a la misma táctica en otros inmuebles.
(En algunos medios sin embargo, o no les gira la ardilla o están completamente comprados, pues aseguran que el grupo de Álvarez es responsable de llevar el grupo de choque para sacar a los seguidores de Álvarez y así permitir la entrada de los Álvarez al inmueble que ya tienen ocupado los Álvarez...).
Uno de los grupos es fiel a Billy, quien tenía cuentas con más de mil millones en paraísos fiscales -que le fueron congeladas-, entre otras travesuras...
Pero el otro no está mejor, pues detrás de Velázquez -que también tiene denuncias por malos manejos- está ni más ni menos que uno de los hermanos de Osorio Chong.
El choque de cárteles tuvo escenas propias de lo peor de la naturaleza humana.
De un lado, llegaron de madrugada, como ladrones -o como la policía de Calderón cuando ocupó LyFC-, cientos de mercenarios que primero atacaron el suministro eléctrico y luego se dirigieron con piedras y palos a tomar las instalaciones, incluso estrellaron un camión en una de las entradas. Estos angelitos, quemaron vehículos a su paso -como hace el narco- e incluso usaron armas de fuego para someter a un cooperativista que se negaba a abrir la puerta; los proyectiles disparados le quitaron la vida.
Del otro lado sin embargo, también hubo armas de fuego que no dudaron en accionar. Mataron a 7 y los amontonaron en un lugar quitándoles identificaciones. Como no eran de "los suyos", los dejaron solos y no hicieron por pedir una ambulancia. Es más, los habían tapado con cobijas y uno de ellos todavía intentaba arrastrarse, pero nadie lo auxilió (vaya, ya ni en las guerras se puede negar trato humanitario a un herido, va contra los tratados de Ginebra).
Preocupa que sea uno de esos bandos los que se quede con Cruz Azul, que aunque no se maneja estrictamente como una cooperativa -a diferencia de Pascual-, pondrá miles de millones en las peores manos: en gente que es capaz de librar una carnicería para acceder o retener el poder.