Trump y la cola del perro

Muchos cinéfilos y aún más analistas políticos (profesionales o de tiempo compartido en las redes sociales) llevan ya varios días haciendo referencia a una frase que se ha vuelto muy común por motivos muy siniestros: ’Wag the Dog’.

Es cuando la cola mueve al perro y o al revés (con sus claras implicaciones políticas y usualmente bélicas). También es el nombre de lo que a muchos nos ha parecido una de las películas más ingeniosas de los años noventa para acá.

El director el Barry Levinson, quien de por sí ha hecho varias cintas brillantes pero dolorosas, como ¡Buenos días, Vietnam! con Robin Williams y sin duda alguna uno de los hombres más buscados cada vez que en la Casa Blanca hay algún escándalo que coincide con algún acto de guerra.

Creo que a estas alturas ya saben hacia dónde vamos, ¿no? La cinta, que se estrenó en 1997, poco antes del juicio de impeachment de Bill Clinton (y las subsecuentes acciones militares en Medio Oriente, trata de que hay una verdadera crisis sexual con el presidente que busca reelegirse). ¿Qué hacer, entonces? Pues por supuesto que contratar a un hombre que ’arregla˝ las cosas, interpretado por Robert DeNiro.

Él, a su vez, contrata a un colorido y brillante productor de Hollywood para inventar una guerra. Una con todo y héroes, canciones de Willy Nelson, una niña que huye por su vida (frente a una pantalla verde) y hasta un zapato perdido que se vuelve tan entrañable símbolo del amor a ’América’, que nadie se molesta en ver las atrocidades que el presidente pudo haber hecho.

¿Dato interesante? Platicábamos hace un par de meses sobre la muerte del productor Robert Evans, e incluso dedicamos un largo texto sobre su imposiblemente increíble vida. Siempre se dijo que en este hombre estaba basado el personaje de Hoffman, quien hace la producción perfecta, convence al mundo que hay una guerra, pero se queda sin lo único que quería en la vida: el crédito.

Hace poco Hollywood Reporter le hizo las preguntas correctas a Levinson respecto a las comparaciones (no es la primera vez) respecto a Trump y todo este aterrador panorama entre las naciones. Esto dijo, ’Wag fue en la era del absurdismo satirico.

Ahora vivimos en la era del absurdo˝. No deja de notar que si en ese entonces, hace ya más de 20 años, se podía hacer, ahora inventar cosas que se vean reales es absolutamente fácil, hecho todos los días y parte de nuestra realidad.

Así que, aunque para muchas personas hayan externado su opinión respecto a todos los que están comparando la situación actual entre Estados Unidos e Irán, y más para todos los que se han burlado de esta opinión … las teorías de la conspiración no suelen ayudar mucho. Pero cintas como esta, en tiempos como estos, ciertamente nos dejan mucho que pensar.


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