Al menos 126 diputados de Morena, Partido Encuentro Social, del Partido del Trabajo y del PVEM respaldarón la iniciativa de la reforma para modificar el tiempo de duración de la presidencia del Consejo General del INE para que se renueve cada tres años en vez de cada nueve años.
Se establece en el documento que la presidencia del Instituto Nacional Electoral será rotativa cada tres años, y no nueve como está actualmente, y recaerá en el consejero electoral que designe la Cámara de Diputados.
De aprobarse esta propuesta, Lorenzo Córdova Vianello terminaría de forma anticipada su mandato al frente del órgano electoral, fijado hasta abril de 2023.
En su iniciativa, el diputado Sergio Gutiérrez subraya que las presidencias de otros órganos autónomos, así como de las salas superior y regionales del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) no exceden un periodo de 6 años, y en todo caso, cuando lo rebasan, es por una reelección.
Considero que las instituciones deben adecuarse a las necesidades y condiciones de la sociedad, y en 2014, cuando se dio la última reforma político-electoral, las condiciones del país eran otras.
’La propuesta central de la presente iniciativa busca adaptar la norma a la nueva realidad a efecto de que exista rotación en la dirección del INE, que su conducción no sea coto exclusivo de una persona durante nueve años, y que no sea una sola visión la que encamine los trabajos de tan importante institución.
’La rotación de la presidencia del INE generará mayor dinamismo en la toma de decisiones y erradicará la concepción monolítica de una sola persona –durante 9 años– en la representación legal y política de organismo, esto generará un efecto sano de renovación periódica’, se destaca en la iniciativa.
Sin embargo, el diputado de Morena, pablo Gómez Álvarez, al igual que su coordinador parlamentario, Mario Delgado, dijo que no está de acuerdo con esta iniciativa.
’Yo en lo personal no estoy de acuerdo con eso, que el consejero presidente del INE sea nombrado para tres años y no todo el tiempo en el que va a estar como consejero, como miembro del Consejo General, no me parece buena idea. El problema no está ahí, para decirlo de una forma. La culpa de todo la hemos tenido nosotros en el fondo porque construimos una institución muy politizada y terminamos con funcionarios que se creen próceres de la democracia’, precisó.
