Postigo
José García Sánchez
En el Estado de México, y en muchos estados de la república, hay dos formas de procurar justicia, la primera a través de la tortura para que el torturado confiese, es decir, para que diga ’la verdad; el otro método de justicia en México, es a través de la tortura pero para que el torturado mienta.
Es decir, personajes como Rolando Castellanos Hernández, presidente municipal priísta de Los Reyes La Paz, en el Estado de México, se libran de la responsabilidad de tener delitos sin castigo a través de la tortura, y aunque no hayan sido culpables los torturados a fuerza de golpes y choques eléctricos confiesan.
Recientemente se dio a conocer un video en el que se observa a agentes de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México torturando a Silverio Rodríguez Martínez, quien posteriormente fue presentado ante los medios como un secuestrador.
Entre el 2009 y 2010, en su primer periodo como presidente municipal, Rolando Castellanos Hernández, virrey de Los reyes La Paz, hubo al menos tres asesinatos de ciudadanos a los que torturaron en galeras de la Policía Municipal. Entre ellos el ocurrido el 29 de septiembre de 2010, perpetrado por dos policías municipales, bajo las órdenes de Castellanos Hernández, cuyos hechos quedaron registrados en la averiguación previa LR/III/3802/2010.
A nivel federal también procuran justicia de esa manera y la comunidad internacional no sólo lo sabe sino que alza su voz de protesta. Esto no ha cambiado con la llegada de Arely Gómez, con cuyo relevo se esperaba humanizar y modernizar la procuración de Justicia, ha sucedido lo contrario. En pocos meses la procuraduría cambiará de nombre con la esperanza de que haya respeto por los derechos humanos, justicia y legalidad. Parece difícil
Así, lo mismo torturan a albañiles para que confiesen haber asesinado a los normalistas de Ayotzinapa que culpan al primer ciudadano vulnerable que pase frente a las patrullas de las diferentes procuradurías para encarcelarlo, torturarlo y culparlo de un delito que no cometió.
Volviendo a los delitos del presidente municipal de Los Reyes La Paz, Rolando Castellanos Hernández, sus delitos van desde la apropiación de áreas verdes, hasta la desaparición de disidentes. Lo mismo encubre agresores sexuales que desvía fondos de la administración que encabeza.
Hace un año, en uno de sus actos de su campaña. Rolando acudió a los campos de
futbol, acompañado del gobernador Eruviel Ávila Villegas, pero se encontraron con anuncios espectaculares en los que exigían que el entonces candidato comprobara el gasto de 64 millones de pesos durante su pasada administración. Es decir, el gobernador no desconoce la clase de funcionario público que es Castellanos Hernández.
El 20 de abril de este año, Rolando ordenó a sus policías municipales arremetieran contra estudiantes que exigían no se recortara el presupuesto a la educación del municipio, golpeó, desapareció, insultó a los estudiantes y le envió un mensaje a través de los feroces uniformados: ’Si siguen chingando la madre les va a pasar lo mismo que a los de Ayotzinapa’.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos reportó 11 mil 608 quejas por tortura y malos tratos entre 2006 y abril de 2014; la del Distrito Federal, 386 entre 2011 y febrero de 2014, y la sociedad civil informó de ’más de 500 casos’ documentados entre 2006 y 2014. Más lo que n ose denunciaron por miedo a represalias que pueden duplicar esta cifra.
Todo señala que los priístas tienen una gran proclividad por la tortura como método para hacer justicia en un país donde la ilegalidad se inicia en las conductas patológicas de personajes como Rolando Castellanos Hernández, a quien nunca debieron permitir afiliación y menos aún darle una candidatura a un puesto de elección popular, a menos que coincidan con su distorsionada manera de ver la justicia o padezcan del mismo mal.
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