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Usurpación de plazas

Usurpación de plazas
Política
Mayo 27, 2016 18:56 hrs.
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José García Sánchez › diarioalmomento.com

Miguel Ángel Mancera, quien dice defender banderas progresistas y todavía considera que puede ser presidente del país definió su postura de derecha ante la creciente movilización de los maestros al afirmar que no se permitirá que lleguen al Zócalo o al Monumento a la Revolución.
La batalla por la sobrevivencia laboral de los profesores parecieras ser un problema de poca magnitud para quien ni siquiera tiene capacidad de media la contaminación de una ciudad.
Pero en una franca contradicción afirmó que respeta el derecho al libre tránsito de los manifestantes, pero en el mismo sentido pidió que ellos respeten a la ciudad, es decir como decía el Rey Sol, Luis XIV, la ciudad soy yo.
Mancera Espinosa agregó que todas las acciones que se llevan a cabo ante las manifestaciones de los integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, son coordinadas con la autoridad federal y lo que pide la ciudad a los inconformes, es que sus protestas sean pacíficas y sin afectar la vida de los ciudadanos.
Las protestas sociales no son un espectáculo para que el resto de los ciudadanos que todavía no protestan los vena como animales raros; la visión que tiene Mancera de la protesta social es bastante elemental, a pesar de los años que llevar gobernando la ciudad de México pareciera no haberse dado cuenta de que las calles y las plazas son espacios públicos y aunque haya eventos organizados por el gobierno de la capital, siguen siendo plazas y por lo tanto, son espacios del pueblo. Nadie le pidió prestado ese espacio a la población, se lo arrebataron. Ningún evento puede desplazar lo que por derecho corresponde a los habitantes. De otra manera la democracia estará ausente.
Los eventos en las plazas públicas se hicieron para desplazar la protesta social. No hay espectáculo que justifique la ocupación de una plaza por un evento organizado por el gobierno como viene sucediendo en el Zócalo y la Plaza de la República desde hace años.
Originalmente desde hace cientos de años, las plazas son espacios de la población, en favor o en contra del gobierno, la adhesión o la oposición real, la seria, la auténtica, la que surge de la población, no la de ficción organizada a través de partidos políticos.
Así, las plazas son parte de la cotidianeidad de la gente, de los ciudadanos y no un espectáculo, un concierto o una venta de artesanía de otros países, al que deba asistirse con la ignorancia que se desplaza una protesta y se impide que las causas de esa inconformidad lleguen a la gente a través de las plazas donde debe recogerse el verdadero sentir de una población libre.
Las plazas no son sólo espacios para transitar sino el lugar donde confluye el latir de la población, ahora ante la inconformidad de los maestros, Mancera se erige como propietario de los espacios que defiende en nombre de los habitantes de la Ciudad de México y coloca como víctima a la ciudad, así en abstracto, como si se tratara de un fantasma. La ciudad son los ciudadanos, la nación los habitantes, el pueblo la gente. El poder son no menos de 10 mil personas que gozan de privilegios y que impiden que las plazas sigan teniendo una función que por siglos el derecho y la razón les otorgó.

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