Vendo estas heridas que deja la sociedad en mí, Vendo las horas de angustia, los años adormecidos de mis ojos. Ven-da-me-tú. Venda esta noche herida de siglos fingidos, de libertades vanas
Como vender lo que es invendible, cómo vender mi cuerpo si ya esta entregado a la miseria, cómo referirme a mis carnes para ponerles aderezo
Vendo la bonita silueta que adorna mis egos
Vivo aquí, en este entumecido lugar. Busco el calor de un hombre, busco las caricias que no me dio mi padre; además te darás gusto sobre mí, y yo pensaré en él. En todo ese amor anhelado de niña; en todas esas madrugadas de espera. Si me golpeas, hazlo; de manera suave como él nunca lo hizo: él fue muy rudo, quizás tenía mucha fuerza y poca masa gris: pero tú puedes hacerlo, vamos se que te gustará golpearme la nalgas que alguna vez él dejo teñidas de rojo: rojo pasión: como mi deseo. Por 300 pesos la hora, creo que es poco, si lo puedes pagar, anda, ofrezco discreción. Soy limpia de corazón, amo decir lo que pienso.
Vendo las horas insatisfechas que paso con él; con este tiempo que me toco vivir: desgastado por el llanto de madres en busca de sus hijos, con este tiempo en busca de trabajo, en busca de un poco de cordura de parte del patrón. ¿Patrón? Qué palabra del siglo pasado, como nuestros actos retrogradas, como esa inmadurez con que gobernamos nuestra ética. ¿Sabremos qué es eso?
Bueno mientras investigamos eso, lo que nos atañe ahora es la venta.
Ofrezco mi cuerpo por 150… para hombres, mujeres o parejas sin distinción, yo no discrimino: como muchos lo hacen por ser morenito o amarillo o de ojos grandes o pequeños, creo que lo pequeño es vasto cuando se sabe administrar como nuestro sueldo, que si supiéramos administrar nos alcanza para tener un carro, que estaría bien porque bien podríamos darnos un paseo… Si te fijas, ya baje el precio: así como los gastos para cultura, que siempre son menos, bueno es que la cultura no aporta tanto que digamos…
Ahora, si no te importa la venta mía; busco sexo, busco placer y experiencias de vida, íntima, por supuesto. Las vivencias de la vida por vivir no me gustan del todo, son pesadas como las voces de nuestros adelantados: porque sólo se nos adelantaron, todos vamos a morir tarde o temprano, lo que importa no es la manera ni el por qué, morimos, y eso es todo. ¿Por qué le buscamos más pelos al gato si no podemos contarle los que tiene?..
Esto es aberrante, pero así somos…
Me gustaría encontrar un chico de 40... Que sea respetuoso y que necesite ayuda económica, así los dos nos ayudamos, sólo pagas el hotel y yo súper complaciente. ¿No crees que así deba de ser la vida?
Piénsalo, si te place mi buena onda y buena vibra, has como dijo el títere, marca al 911.
