Durante los últimos cinco años hemos visto a Venezuela pasar de una crisis a otra, pero luego de las recientes sanciones impuestas por Estados Unidos a la petrolera estatal venezolana PDVSA, la situación ha escalado a niveles de caos no vistos desde la huelga de trabajadores de la compañía hace 16 años atrás. Esta semana, Alphatanker analiza la situación del país y el impacto de estas sanciones económicas sobre los flujos de crudo en el mercado tanquero durante el corto y mediano plazo.
Caída libre
Venzuela tiene el récord de reservas más altas del mundo, pero la subinversión en PDVSA ha visto un descenso estrepitoso en la producción a modo que a fines de 2018 apenas se producían 1,25mb/d, casi un 30% menos interanual y alrededor de la mitad de lo producido hace tres años. Según datos de Alphatanker, las exportaciones de crudo venezolano también han tambaleado, hundiéndose a menos de 1mb/d a inicios de enero por primera vez desde finales de la década de 1980. Además, durante los últimos 12 meses ha habido reportes frecuentes de infraestructura anticuada y sin mantención. Esto ha aumentado los tiempos de espera de embarques tanqueros significativamente, junto con una gran cantidad de dueños de buques tanque que se rehúsan a recalar en puertos venezolanos por retrasos en los pagos y las condiciones de insalubridad de dichas instalaciones, que obligan a hacer una limpieza exhaustiva antes de recalar en su destino final de desembarque.
Sanciones
Las recientes sanciones estadounidenses apuntan a estrangular las finanzas del regimen de Maduro -el cual se apoya fuertemente en las utilidades de las exportaciones de crudo- y esperan que se le entregue control a Juan Guaidó. Esto se lograría gracias a que la administración de Estados Unidos bloquearía la importación de crudo venezolano a las refinerías locales. No se haría una prohibición explícita de importación, sino que todos los pagos se harían a través de una cuenta de depósito cuyos fondos serían destinados a la oposición en vez de PDVSA. En estricto rigor, PDVSA no proveerá crudo a las refinerías estadounidenses bajo estos términos. Los datos de Alphatanker indican que a fines del año pasado, Estados Unidos estaba importando cerca de 500kb/d de crudo venezolano, equivalente al 40% del total de exportaciones del país latinoamericano, pero significativamente menos que los 1,7mb/d que Estados Unidos importaba a fines de la década del ’90.
Impacto en la refinería
Medio millón de bariles es una suma de crudo considerable a reemplazar y las sanciones llegan en medio de un mercado global ajustado que sufre por cortes de producción entre los países OPEP. El análisis de Alphatanker sugiere que el único país del Medio Oriente que podría aumentar las exportaciones a Estados Unidos podría ser Irak, ya que se especula que aún no han reducido su producción.
Desafíos de abastecimiento
Probablemente, la sanción más seria desde el punto de vista del abastecimiento es la prohibición a compañías estadounidenses para proveer de diluyente a PDVSA. Venezuela tiene algunos de los crudos más pesados y gruesos del mercado y requiere de ciertos volúmenes de nafta para diluirlo y transportarlo en tuberías y tanqueros. El año pasado, Venezuela importó cerca de 100kb/d de nafta, mayoritariamente desde Estados Unidos. Otros países no están imposibilitados de vender a Venezuela, pero podrían no querer involucrarse en negocios con la petrolera estatal en medio de las sanciones vigentes, además de que resultaría más costoso para PDVSA comprar nafta de otros países. De no conseguir suficiente diluyente la disminución de producción podría acentuarse en el futuro. Alphatanker proyecta una baja de producción de 360 kb/d durante 2019 comparado con el declive anterior de 220kb/d.
