Postigo
José García Sánchez
A menos de cien días de las elecciones del 4 de junio, en Veracruz el triunfo en las urnas se basa en la acción de la justicia ante la impunidad imperante en la entidad.
El PRI y el PAN pelean la victoria electoral que tiene en juego las 212 presidencias municipales de Veracruz como si sólo pudieran ganar en las urnas esos dos partidos políticos.
Existe una tercera fuerza que no se desgasta con la lentitud de la justica del PAN en el estado y del PRI en la PGR: Morena. Partido que casi gana la gubernatura en los comicios del año pasado, y que seguramente tendrá una buena cantidad de presidencias municipales, probablemente más de la mitad; sin embargo, el PAN en el gobierno estatal, a través de la Fiscalía General del Estado quiere encarcelar no sólo a Javier Duarte sino a Fidel Herrera, su antecesor, ambos priistas.
Por su parte, el PRI tiene en la PGR, su herramienta para enjuiciar sólo a Javier Duarte, para crear en la imagen de Fidel Herrera una cortina de humo respecto a la culpabilidad real de Javier Duarte. Pero, al mismo tiempo arremete contra el gobernador panista Miguel Ángel Yunes, a través del secretario de Salud, José Narro Robles, exigiendo pruebas de las muertes de pacientes de cáncer, sobre todo niños, ocasionadas por los medicamentos clonados, alterados, falsificados que denunció Yunes, como vocero de su Fiscalia, habían adquirido los dos ex gobernadores, en beneficio propio.
Una vez que la Fiscalía del estado detuvo al ex secretario de seguridad de apellido Bermúdez, ahora la PGR cateó la casa de los suegros de Javier Duarte, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, en donde hallaron 54 mil dólares en efectivo y equipo de cómputo y radiocomunicaciones, como una respuesta mediática pero no como parte de las investigaciones y mucho menos con la intención de seguirle la pista a Javier Duarte que se encuentra prófugo de la justicia, con ayuda, muy probablemente de otros priístas.
Los logros en la procuración de justicia no obedecen a la responsabilidad y el compromiso lógico de toda instancia responsable de cumplir con la ley sino a circunstancias meramente electorales. Se sabe que quien tenga alcances judiciales que puedan hacen sentir a los veracruzanos que pueden todavía tener voz y voto en la entidad, podrían mantenerse en condiciones más o menos estables en la política, pero no ganar las elecciones.
El PRI no podrá recuperar la entidad aunque meta a la cárcel a los dos ex gobernadores y todos los cómplices que suman más de dos docenas de funcionarios públicos convertidos en diputados locales y federales con la designación del CEN del tricolor, que los postuló y los llevó hasta los rincones oscuros de la impunidad a través del fuero.
El PAN, por su parte, luchó por cuestionar y denunciar la política de Javier Duarte, pero ahora lo hace a través del gobernador Miguel Ángel Yunes, que carece de toda credibilidad, dentro y fuera de Veracruz, más aún si no mete a la cárcel a Javier Duarte como lo prometió en su campaña. Le quedan menos de cien días.
